Socialismo Hoy - Periódico Oficial del Partido de la Clase Trabajadora
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Referéndum: el espejismo de la democracia de los ricos

El pasado 2 de mayo en el discurso anual del presidente Rodrigo Chaves ante la asamblea legislativa, este se refirió a la idea de realizar un referéndum sobre una variedad de temas. Más allá de que es muy poco probable que este referéndum se vaya a realizar, esta idea quedó instalada, y está siendo discutida por muchas personas de la clase trabajadora, incluso valorándolo como una alternativa.

Antes de responder si el referéndum que propone Chaves es una salida o no, y si es más democrático o no, es importante detenernos y reflexionar sobre la democracia actual.

La democracia que conocemos no sirve

Esta es una realidad evidente para la gran mayoría de la clase trabajadora. La democracia tal y como la conocemos no sirve, por lo menos no para los intereses de la clase trabajadora. Por este motivo vemos como gobierno tras gobierno no mejoran las condiciones de vida de la clase trabajadora, vivimos con desempleo permanentemente, con muchos trabajos informales, con salarios que no alcanzan, con muchas deudas, etc.

Cada cuatro años vamos a votar (las personas que tenemos ese derecho), ponemos un par de X en unos papeles y esperamos que esas X milagrosamente sirvan para que mejore nuestra vida. Así pasamos la vida entera, si tenemos suerte llegamos a votar por 15 presidencias y diputaciones, eso es 30 marcas en papeles para que nuestra vida cambie… y no cambia. Esa es la participación de la clase trabajadora en esta supuesta democracia, 30 marcas en papeles durante toda su vida.

Por el contrario, para la burguesía, es decir, para las y los dueños de las grandes empresas, las grandes industrias y las grandes plantaciones la democracia sirve muy bien. Estas personas cada vez viven mejor, cada vez son más ricas.

¿Por qué no sirve la democracia actual?

Responder correctamente a esta pregunta es fundamental, porque si no vamos a terminar con una cura peor que la enfermedad. Todos los partidos políticos (con la excepción del Partido de la Clase Trabajadora), nos intentan convencer de que el problema no es el sistema democrático, sino que quienes dependemos del salario nos equivocamos y elegimos a las personas equivocadas, pero que si elegimos a las personas correctas ahí sí vamos a estar mejor. Esta es la mayor mentira e ilusión que nos venden en las elecciones, el problema no son las personas que elegimos, el problema es que el sistema en su conjunto está al servicio de la burguesía, no de la clase trabajadora.

Incluso si llegáramos a elegir a una persona presidente de la clase obrera, como ocurrió en Brasil con Lula, esta persona empieza y termina gobernando para la burguesía, porque solo mediante un acuerdo con la burguesía se logra llegar a la presidencia.

Durante toda la historia de la humanidad, los Estados, sus instituciones y las diferentes formas de gobernar han estado al servicio de la clase dominante. Desde la antigua democracia griega, donde la democracia era la de los hombres libres para dominar a las personas esclavas (que eran quienes producían la riqueza), hasta la democracia actual que es la democracia de la burguesía para dominar a la clase trabajadora que es la que produce la riqueza; todas las formas de la sociedad son para que una clase pueda ejercer su dominio sobre la otra.

Por eso es que la democracia actual no sirve. Toda las y los presidentes llegan a serlo con el acuerdo de por lo menos un sector importante de la burguesía, y gobiernan para esta burguesía, así lo hace también Chaves, que llegó con el apoyo de grandes personas burguesas del sector importador y para ellas ha gobernado.

Las elecciones no se ganan solo con votos, sino principalmente con plata, con millonarias campañas electorales que son financiadas por grandes empresarios y empresarias, con la intermediación de la banca privada. Para estas personas es una inversión para garantizar un gobierno que les va a generar mucha más riqueza defendiendo sus intereses.

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