Unámonos en la lucha contra las nuevas agresiones imperialistas
A fines del mes de enero de este año Costa Rica será “visitada” por el secretario de Estado del nuevo Gobierno de Donald Trump, el estadounidense-cubano Marco Rubio, quien entablará conversaciones con el Gobierno de Costa Rica sobre migración, tecnología, economía y el Canal de Panamá.
A diferencia del gobierno de Chaves, que celebra que Costa Rica sea el primer país de América Central visitada por la delegación estadounidense en la nueva administración Trump, desde el PT proclamamos que tal visita debe ser repudiada como un acto que simboliza la plena sumisión del gobierno de Chaves al gobierno imperialista y racista de Donald Trump, un gobierno que desprecia a nuestros propios/as hermanas latinoamericanas como una “raza inferior” y que busca someter a nuestros países en beneficio de sus propios intereses económicos y geopolíticos.
Esta visita se da en medio de amenazas a la soberanía nacional de nuestro país hermano Panamá por parte de Trump, quien asegura que no descarta el uso de la fuerza militar para arrebatarle al pueblo panameño el Canal Interoceánico que atraviesa su territorio, en beneficio exclusivo de la economía estadounidense. Ante estas amenazas el gobierno de Chaves no ha dado muestra alguna de solidaridad con el país vecino, y, al contrario, con esta visita, le abre las puertas al gobierno trumpista para legitimar su bravuconería imperialista desde nuestro territorio, como si no le importa el destino del país hermano y vecino con tal de quedarle bien al bulleador de Trump.
Por otra parte, el gobierno de Trump ha iniciado su gestión con fuertes ataques a la población migrante latinoamericana en USA y con las personas migrantes que atraviesan el largo del continente para comenzar una nueva vida en país norteamericano, respaldado en discursos racistas en las que se nos pone a los pueblos latinoamericanos como “razas” inferiores criminales y pordioseras.
La realidad que no quieren ver Trump y Marco Rubio (quién, a pesar de sus raíces latinas, es tan racista como su jefe bravucón), es que la gran vasta mayoría de personas migrantes en USA mantienen a flote la economía estadounidense con el “sudor de sus frentes” (es decir, trabajando honestamente) y el pago de impuestos al gobierno estadounidense. El gobierno de Chaves, en vez de denunciar el trato injusto y racista que el gobierno de Trump le da a nuestros/as hermanas latinoamericanas, se pondrá a servicio de su agenda antimigratoria con políticas de contención y deportación en Costa Rica para que las personas migrantes no puedan continuar su travesía hacia el norte del continente una vez que pisen el suelo costarricense.
Por otra parte, el gobierno de Chaves aprovechará esta visita para ofrecer a Costa Rica como un bastión tecnológico en la estrategia geoeconómica y política de la administración Trump en su lucha con el ascenso de China, lo cual no solamente nos pone del lado estadounidense en la disputa interimperialista entre USA y China (disputa en la que el pueblo de Costa Rica no tiene mucho que ganar), sino que también deja a las personas consumidoras costarricenses sin la posibilidad de acceder a tecnologías provenientes del gigante asiático sin importar si sean mejores o peores tecnologías o más caras o baratas que las estadounidenses.
El nuevo gobierno de Trump representa un grave peligro para el futuro del medio ambiente, en tanto Trump impulsará políticas que profundizan el cambio climático bajo un discurso anticientífico (principalmente la explotación del petróleo).
Peligran las vidas de los grupos oprimidos por su género o sexualidad con políticas que profundizan aún más la opresión, la desigualdad y todas las formas de violencia contra las mujeres y los grupos LGTBIQ+ en USA.
También peligran los pueblos de naciones como Palestina, con las políticas a nivel internacional que fortalecerán el sometimiento colonial de pueblos oprimidos ocupados por fuerzas extranjeras (como el caso de su apoyo incondicional a Israel en su genocidio en Palestina).
Así, la extrema derecha se envalentona en el mundo entero por el impulso que le ha dado Trump al anticientificismo, al odio a las mujeres y a la diversidad sexual y al colonialismo genocida.
Por todo lo anterior y muchas razones más, el conjunto de movimientos sociales, sindicatos y organizaciones de izquierda en Costa Rica debemos rechazar esta visita como indeseada y poco conveniente para la libertad de los pueblos latinoamericanos y del mundo entero. El imperialismo estadounidense intenta recuperar el terreno perdido en los últimos años con el nuevo gobierno de Trump que promete “hacer Estados Unidos grande de nuevo”, pero, desde la memoria histórica de la lucha valiente de nuestros pueblos latinoamericanos, bien sabemos que para alcanzar esa “grandeza” el imperialismo gringo es capaz de aplastar nuestros derechos una vez más. Que la visita del racista Marco Rubio no se quede sin contestación y que le hagamos saber que en Costa Rica nos oponemos a sus planes imperialistas de saqueo y sometimiento.
