Por: Secretaría de la Mujer – PT
En pasados días, mujeres líderes de distintos partidos organizadas en el Foro de Mujeres Políticas de Costa Rica, hicieron público un acuerdo para unir esfuerzos en la promoción de figuras femeninas en puestos de representación política. Esta agrupación propone que en el marco del 1° de mayo se elija una mujer para la presidencia del Directorio Legislativo, se aplique la paridad tanto en las presidencias como en secretarías de las comisiones legislativas, se elija a mujeres en la jefatura de las fracciones legislativas y municipales y se elijan mujeres para la presidencia y vicepresidencia de los Consejos Municipales.
Firmando este acuerdo, se encuentran los nombres de Carolina Delgado del Partido Liberación Nacional, Nielsen Pérez del Partido Acción Ciudadana, Daisy Orozco del Partido Republicano, Rocío Alfaro del Frente Amplio, Marielos Alfaro del Movimiento Libertario y Luz Mary Alpízar del Partido Nueva Generación.
Así, mujeres de partidos políticos en apariencia muy distintos, se unen bajo la bandera de la igualdad y la paridad, creando la ilusión de que es posible la unión de las mujeres por encima de sus intereses políticos.
Un acuerdo más allá de las diferencias
Precisamente porque para el PT las luchas por los derechos de las mujeres son un aspecto central de nuestro programa, consideramos necesario salir a denunciar este tipo de acuerdos como el engaño que realmente constituyen para la clase trabajadora y en especial para las mujeres. Es falso que con sólo tener más mujeres en puestos de poder, se garantizará una mayor equidad y mejores condiciones para todas las mujeres. Si las mujeres que llegan al poder defienden los intereses de la burguesía, las principales necesidades de las trabajadoras no estarán incorporadas en su agenda política.
Los problemas que enfrentan las mujeres de la burguesía y las mujeres trabajadoras están atravesados por su condición de clase, y esto las mantienen irremediablemente divididas. Por eso, propuestas como la presentada por el Foro de Mujeres Políticas intentan igualar a todas las mujeres y diluir la frontera de clase existente, aunque la realidad pone en evidencia que lo que predominan son los intereses de las distintas clases a las que representan. Hoy es una mujer la que lidera el Fondo Monetario Internacional aplicando políticas de austeridad y promoviendo salarios de miseria, también es una mujer la que encabeza el gobierno brasileño y está enfrentando masivas movilizaciones ante el llamado de “fuera todos” y es también una mujer quien desde la cancillería alemana dirige los planes de ajuste y ataque a las trabajadoras europeas.
El ejemplo más directo de la farsa de que la representación femenina garantizará mejores condiciones a las mujeres, la tuvimos con la elección de Laura Chinchilla a la presidencia. Al igual que los hombres que la precedieron, durante su mandato impulsó planes de recortes y el aumento de la miseria para miles de trabajadoras. Fue por eso que ante la elección de Chinchilla en la presidencia, muchas dijimos: “No me representa”.
En la línea del acuerdo del foro de Mujeres Políticas, el pasado 27 de abril, el Partido Liberación Nacional eligió a Maureen Clarke en el puesto de la jefatura de fracción. Pero es claro que su proyecto político y el proyecto del partido que ella representa no está por atender las demandas de las mujeres pobres y trabajadoras y esto fue evidente durante su pasada gestión al frente del Instituto Nacional de las Mujeres, al minimizar los datos de femicidios en el país, imponiendo una agenda conservadora y ejerciendo a lo interno una política represora contra las trabajadoras del INAMU.
Maureen Clarke, junto con sus compañeros de fracción, representa los intereses políticos y económicos de la burguesía y de manera consecuente actuará en la Asamblea Legislativa. Acorde a las necesidades de la burguesía será la política fiscal que promuevan, los recortes que voten, los derechos laborales que ataquen. Y al firmar un acuerdo como el del Foro de Mujeres Políticas este 1° de Mayo, todos los partidos le hacen el juego a la burguesía como fuerza predominante, por lo que de ninguna forma estarán representados los intereses de las mujeres trabajadoras en ese acuerdo.
No es posible crear un pacto con quienes nos atacan
El documento del Foro de Mujeres Políticas recalca en su cierre: “Esto permitirá cumplir el nuevo Pacto Social en pro de una Costa Rica justa, equitativa, inclusiva y más próspera”. Desde el PT, muy por el contrario, creemos que no es posible lograr un país más equitativo a partir de acuerdos con aquellos que nos atacan. Y fue por eso, que cuando en el 2014 nos invitaron a ser parte de este grupo de mujeres para asesorar al gobierno, fuimos contundentes en rechazar el espacio.
La Política de la concertación busca sentar en la mesa de negociación a los trabajadores con quienes más los atacan, representados por el gobierno burgués. Mediante estos “pactos sociales” se busca legitimar a entidades como la Asamblea Legislativa y el gobierno, desviando la lucha hacia estas instituciones y viendo en estos sectores a posibles aliados cuando en realidad son los artífices de los proyectos como la agenda fiscal o los ataques al salario del sector público. Generar en las mujeres trabajadoras expectativas hacia las mujeres que atacan sus condiciones de vida, no sólo es parte de esta política de concertación sino que es un engaño. Bajo la sombra de la “unidad de las mujeres” se intenta esconder los intereses opuestos de clase de unas y otras mujeres, en perjuicio de las trabajadoras, cuyas necesidades no están expresadas en la agenda política de los partidos burgueses.
El vergonzoso papel del Frente Amplio
Llama particularmente la atención el ver dentro de las firmas de este documento, la representación del Frente Amplio por ser un partido que genera gran expectativa en muchos activistas honestos. Sin ningún miramiento, el FA firma un pacto social con aquellos partidos que se encuentran liderando el ataque contra las mujeres migrantes en la frontera, que se hacen de la vista gorda frente a las agresiones contra familias indígenas y que durante tantos años han sido y siguen siendo los artífices de las políticas de recortes y ataques a las trabajadoras.
La política de concertación que está impulsando el gobierno del PAC, de sentar en las mesas de negociación a los trabajadores con quienes los atacan, se está llevando a cabo con el apoyo activo del FA. Un claro ejemplo de esto es su papel en la movimiento sindical Patria Justa, donde están el PAC, el FA y la ANEP unidos para desmovilizar a la clase trabajadora organizada. Así como que el FA aportase votos de sus diputados a favor del nombramiento del responsable de la represión el 8N, Celso Gamboa, como magistrado de la Sala III. Firmar este acuerdo de los sectores de mujeres, es un rostro más de la política de concertación de la cual es cómplice el FA.
El PT en defensa de la participación política de las mujeres y el combate contra el capital
Desde el PT, defendemos la más amplia participación de las mujeres en la política. Nuestras críticas, no deben ser erróneamente interpretadas como la visión de las organizaciones stalinistas que concebían que el problema de la emancipación de la mujer como un tema por ser resuelto por la revolución. Creemos firmemente en que la lucha por los derechos democráticos de las mujeres debe ser parte central de nuestro accionar político cotidiano y por eso damos un combate contra el machismo a lo interno y lo externo de las organizaciones.
La participación económica y política de las mujeres no se garantiza a partir de acuerdos burocráticos entre partidos, con cuotas de representación o sentándose en la mesa con aquellos que nos explotan, ni mucho menos con burguesas en puestos de poder político. Estos se conquistan combatiendo los mecanismos que atan a las mujeres al sistema opresor.
Tenemos la certeza de que la forma para garantizar la participación del mercado de trabajo y la vida política sólo podrá ser posible si acabamos con aquellas medidas que esclavizan a las mujeres al trabajo doméstico y de cuido. Por eso luchamos por más centros de cuido, por comedores y lavanderías comunitarias, para que la sociedad asuma como propias las tareas domésticas y de cuido y se responsabilice por ellas.
Nuestro programa se concreta día a día, al lado de las mujeres campesinas, de las migrantes, de las familias trabajadoras, de las jefas de hogar, en defensa del acceso la educación y al trabajo para las mujeres, por la igualdad salarial, porque se respeten y amplíen los derechos de las trabajadoras madres. Y estas luchas solo se concretan manteniendo una agenda propia e independiente de la burguesía.
Les decimos a esas mujeres trabajadoras que la única salida es organizándose, hombres y mujeres de la clase trabajadora en una alternativa clasista y de lucha, con absoluta independencia de la clase que nos explota y un programa socialista. Sólo así conquistaremos la igualdad social, económica y política de la mujer.