Se conformó la llamada “Unión Nacional Azul y Blanco” (UNAB), que agrupa a en su seno a la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, a la Plataforma de Articulación de los Movimientos Sociales y otras instancias de coordinación.
Aunque dicho espacio se presenta como una gran unión de sectores diversos lo cierto es que representa la política llevada adelante por la COSEP. Este no es un organismo independiente ni forjado para sostener la lucha hasta acabar con la dictadura, su manifiesto deja muy claro que su objetivo es lograr una salida de Ortega por las vías institucionales y democráticas, que en lo concreto significan generar ilusiones en un dialogo con la tiranía Ortega-Murillo y en una posibilidad incierta de adelantar las elecciones.
El manifiesto de la UNAB no dice una sola palabra sobra la necesidad de un paro nacional para acabar con la dictadura y mucho menos sobre la necesidad de retomar los tranques en toda Nicaragua. La política de la UNAB es por tanto la misma política que ha llevado adelante la COSEP en todos estos meses de lucha, la cual ha generado desgaste, desmoralización y una creciente lista de presos políticos sin perspectivas de su liberación inmediata.
La COSEP no quiere en el fondo la salida inmediata de Ortega-Murillo, su mayor preocupación es “estabilizar” el país para seguir haciendo negocios.
Mientras llevan adelante esta política la respuesta del régimen es altamente represiva, con decenas de detenciones arbitrarias, condenas injustas e incluso con tortura; mientras que un número cada vez mayor de activistas han optado por el exilio forzoso para preservar su vida o evitar detenciones arbitrarias.
Pretender dialogar con quien te mata o te encarcela es un suicidio; pensar que Ortega va a respetar una vía institucional o democrática es una mera ilusión. La única garantía para triunfar es la unidad de los de abajo para retomar la lucha hasta que se vaya Ortega, con total independencia de la COSEP, solo de esta manera habrá justica y libertades en Nicaragua