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Terremoto en La Nación producto de conflicto interburgués

Cambio en Junta Directiva del principal grupo noticioso

Por: Sócrates Ríos

Un nuevo episodio del conflicto entre diferentes facciones de la burguesía se presenta ahora en el medio de comunicación de La Nación. El grupo mediático más antiguo del país que sigue con vida.

6 de los 7 miembros de la Junta Directiva presentaron su renuncia en el marco de una convocatoria de Asamblea de Accionistas para el 9 de diciembre donde se rumora que un grupo encabezado por uno de los accionistas más importantes Pedro Abreu Jiménez tomaría el control de la empresa dirigida por Carlos González Jiménez.

Que ambos tengan el mismo apellido Jiménez, no es gratuito. La Nación aunque es una empresa que cotiza en Bolsa de Valores, sigue siendo profundamente familiar.

Y es que la Nación surge en 1946 como un medio conservador y anticomunista que rápidamente se posicionó en el sentir de la burguesía nacional.

Conflictos burgueses

Por décadas fue un actor importante en la política nacional. Por ejemplo, fue el gestor del pacto Figueres Calderón que logró imponer la agenda neoliberal y destructor de los derechos de los trabajadores.

Ese papel fue pagado por sus socios comerciales con amplias ganancias en patrocinio público y privado.

Eso fue así hasta la llegada al poder de Rodrigo Chaves. Desde el día 1 entró en un conflicto interburgués contra el sector que apoyaba al mandatario. Este choque se vio materializado cuando el Ministerio de Salud ordenó el cierre de Parque Viva, el principal motor económico del medio.

Los roces llegaron a los estrados judiciales donde el medio obtuvo una victoria pírrica. Llamamos pírrica debido a que las finanzas de este grupo han sido altamente afectadas por el clima de choque entre el Grupo y el Gobierno.

Precarización laboral

Desde que el grupo enfrentó al gobierno, algún sector del progresismo sembró esperanzas de un posible giro hacia la izquierda de parte de La Nación y que este medio ahora abrazaba las banderas históricas de los sectores populares.

Nada más lejano de la realidad. En el Grupo Nación se ha venido gestando desde hace una década una precarización laboral. No solo a los trabajadores más vulnerables, sino que a profesionales centrales para el giro del negocio.

Un ejemplo de ello, es la contratación por servicios profesionales a los fotógrafos. En la actualidad Nación no tiene fotógrafos en planilla, algo ilógico en un medio de comunicación.

Para cumplir con su línea gráfica, La Nación termina contratando a los fotógrafos por cada nota que necesita. Esto precarizó la labor y le permitió un ahorro importante en salarios.

El segundo caso tiene que ver con los periodistas. El gobierno de Carlos Alvarado eliminó el pago por disposición para los periodistas. Aunque la disposición continúa, esta ya no se paga.

Modelo capitalista en crisis

La tecnología ha provocado una crisis en el modelo de negocio de noticias. Antes una persona compraba un periódico donde existían anuncios y noticias. Entre el pago de la persona y la publicidad mantenían los costos y la plusvalía capitalista.

Hoy con el surgimiento de las redes sociales, una persona puede enterarse de lo que guste sin tener que pagar y la publicidad se la deja el administrador de las redes sociales.

Esto tiene a los medios de comunicación al borde de la extinción. De hecho, las salas de redacción han visto un recorte de la cantidad de periodistas y fotógrafos en el mundo.

Hay quienes sostienen que los medios de comunicación están obsoletos y que en el futuro la labor periodística dejará de existir. Lo que no entienden es que lo que está en crisis es el modelo capitalista y que esa crisis llegará a todas las industrias.

Esta crisis se llama concentración monopólica. Hoy las redes concentran la información y son ellos quienes definen por medio de algoritmos lo que debe conocer una persona.

Para poder romper con esto y que la función periodística tenga sentido debemos derrotar al capitalismo y expropiarle la mercancía de la noticia para que se convierta en patrimonio de la humanidad.

Esto a su vez de desarrollar un mercado laboral para los trabajadores de la comunicación que reciban su justa retribución laboral.

Pero para hacer esto, debemos fortalecer las organizaciones gremiales (sindicatos, colegios profesionales, asociaciones y círculos profesionales) para que enfrenten al sistema y sean una palanca de cambio en los medios de comunicación. Debe empezarse por la prohibición del despido a periodistas y fotógrafos cuando tienen diferencias con los enfoques noticiosos de sus patrones.