San José, 5 de dic (SocialismoHoy.com) – El pasado viernes 2 de diciembre, nuevamente un obrero de la construcción muere en un proyecto inmobiliario del centro de San José.
En esta ocasión el obrero nicaragüense José Santos Marenco Arias de 42 años, cayó desde un 6to piso mientras trabajaba en una construcción en San Rafael de Escazú. Al caer su cuerpo fue perforado por una varilla y falleció en el lugar.
La muerte de obreros en las construcciones del país se ha vuelto común. Por ejemplo en agosto murieron dos trabajadores mientras pintaban la calle en circunvalación en Zapote para la compañía DICOPRO.
El 14 de junio 3 trabajadores fueron sepultados durante la construcción del Automercado en Santa Ana, cuando unas vigas cedieron y cayeron sobre sus cuerpos.
Así también, en la mañana del 2 de mayo otro obrero nicaragüense, esta vez Ernesto Leonardo Gómez Ortiz de 45 años, murió decapitado por un ascensor en la construcción de un edificio de apartamentos en Los Yoses, laborando para la conocida empresa constructora Van Der Laat y Jiménez S.A..
Prácticamente en cada gran construcción en el país muere un obrero. A estas muertes se suman las de un obrero que murió durante la construcción del Hotel Riu en Matapalo en 2009, un obrero chino durante la construcción del Estadio Nacional en 2010 y en 2014 la del obrero nicaragüense Ángel Araya de 40 años en la construcción del complejo “Torres del Paseo Colón”, laborando también para Van Der Laat y Jiménez S.A..
Medidas de seguridad en las construcciones no protegen a los obreros
Para el año 2014, en Costa Rica había 3 917 empresas de construcción inscritas, de las cuales solo 64 tenían oficinas de salud ocupacional, en un sector donde se reportan más de 16 mil accidentes laborales por año según datos del MTSS, siendo la construcción quien reporta el 30% de los accidentes en labores no calificadas.
En total en Costa Rica laboran unos 142 000 obreros en la rama de la construcción, de los cuales unos 120 000 son nicaragüenses.
A pesar de la peligrosidad de las labores de la construcción, solo un 30% de los extranjeros que laboran en la construcción aparece cotizando para la CCSS, por lo que la mayoría solo recibe el pago de una póliza del INS para cada construcción.
Las empresas constructoras abiertamente señalan que ellas “prefieren” pagar la póliza del INS y no los seguros de la CCSS, por eso actualmente 993 empresas tienen una deuda de ¢4.365 millones con la seguridad social
Es el sector construcción uno de los que más violenta derechos laborales con un 23% de incumpliendo general en esa área, siendo el pago de seguro, las horas extras, el aguinaldo y las prestaciones de los derechos más violentados en esa rama.
En muchas construcciones, las jornadas se extienden hasta 24 horas, sin pago de horas extras, lo que expone por la fatiga a mayor incidencia de accidentes laborales.
Obreros padecen múltiples enfermedades producto de sus labores
La negativa de los empresarios a asegurar a los obreros, los expone a múltiples padecimientos que no son cubiertos por las pólizas del INS.
En las construcciones los obreros padecen de enfermedades de la piel producto del contacto con materiales de la construcción principalmente el cemento, así como enfermedades crónico-degenerativas en espalda y articulaciones principales debido al levantamiento constante de cargas y soporte de equipo de trabajo durante todo el día.
Así también se reportan altos niveles de complicaciones respiratorias debido a los ambientes llenos de polvo y poco ventilados en los que muchas veces deben realizar las labores.
Todo esto, considerando que al no pagar los servicios de la CCSS, estos obreros no solo son privados de la atención de sus enfermedades, sino que son excluidos de la posibilidad de acceder una pensión por sus años de trabajo.
Empresarios de la construcción gozan jugosas ganancias
En Costa Rica, el sector construcción representa cerca de un 5,3 % de la producción total del país, en el 2015 El Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA) de Costa Rica, anunció que el sector construcción registró más de 9,2 millones de metros cuadrados (m2), lo que representó un incremento del 14% con respecto al 2014.
Solo para el primer semestre del año 2016 se registraron construcciones en todo el país por un monto de ¢351.353 millones, de los cuales 195 310 millones se invirtieron en la provincia de San José.
Según sectores especializados, en las grandes construcciones la utilidad puede llegar hasta el 40%, siendo uno de los negocios más rentables para los empresarios.
Salarios y medidas de seguridad no son justas
Para el segundo semestre del 2016, “peón de construcción” tiene un salario de 9.711,36, (unos 250 mil colones mensuales) lo mismo que un obrero agrícola de “labores livianas”, siendo en la realidad una bofetada, considerando las intensas labores que realizan estos trabajadores en las grandes construcciones.
Los obreros de la construcción no cuentan con una categoría salarial especial, que logre sopesar las condiciones de trabajo en las que se desenvuelven, ya sea recibiendo un monto de salario superior o acortando su jornada por ser considerado un oficio peligroso y pesado.
Tampoco los obreros de la construcción cuentan con una regulación especial en cuanto a su seguridad laboral, ya que el “Reglamento de Seguridad en las Construcciones” (y toda la gran gama de normativa existente aplicable) solo queda en el papel, y prácticamente nunca se realizan inspecciones por parte del Ministerio de Salud o el de Trabajo, por lo que las empresas no cumplen con las regulaciones de salud ocupacional para ahorrarse costos y sabiendo que no serán supervisadas por autoridad alguna.
SITRASEP exige intervención del gobierno para evitar más muertes
Ricardo Solís, Secretario General del Sindicato de Trabajadores del Sector Privado afirmó que “muertes como la de Santos Marenco pueden evitarse si el las empresas constructoras cumplen las normas de protección para que los trabajadores no corran riesgos en las construcciones”.
“Nuestro sindicato ha acompañado varias luchas de obreros de la construcción y hemos visto como ese millonario negocio se edifica sobre la sangre y la vida de miles de obreros que son explotados en cada gran obra que se levanta en este país”.
Solís indicó que “desde nuestro sindicato exigimos al Ministerio de Trabajo y al Consejo de Salud Ocupacional que realice inspecciones cotidianas en todas las construcciones, para evitar más muertes de obreros pero también para evitar los miles de accidentes laborales que ocurren cada año”
“También nosotros luchamos para que exista organización sindical entre los obreros de la construcción, para que sean ellos quienes se pongan en primera línea de la supervisión de las empresas, porque esto está costando muchas vidas y debe ponerse un alto inmediatamente”, concluyó.
