La renuncia de los ministros de Hacienda, Comunicación y Tecnología expresan la crisis política del gobierno en el marco de la pandemia por Covid 19, coyuntura a partir de la cual parecía haber recobrado apoyo luego del escándalo de la UPAD.
Este es uno de los gobiernos con más renuncias, pese a sus esfuerzos de presentarse como de “unidad nacional”; con estas renuncias más bien queda en evidencia su fragilidad. Incluso hay rumores de que su puntal más fuerte, el ministro de Salud Daniel Salas, podía renunciar ante las constantes presiones del empresariado por relajar las medidas de confinamiento.
¿Qué hay detrás de estas dimisiones?
En el caso del ministro de hacienda Rodrigo Chaves, emisario directo del Banco Mundial, había intentado plantear el levantamiento del secreto bancario. Además, como buen tecnócrata que es, intentó “ordenar la casa” a lo interno del Ministerio de Hacienda; finalmente, el punto de desencuentro final fue la decisión del ejecutivo de sacar a las municipalidades de la regla fiscal.
La crisis se debe no a diferencias políticas de fondo. Tanto Chaves como el gobierno son defensores de la receta neoliberal y los ataques al pueblo. La diferencia es en la forma y la velocidad en que se deben llevar estas medidas.
El exministro de hacienda expresaba la posición directa del gran capital para seguir atacando de manera más agresiva al pueblo, por eso sugería endurecer las medidas de ajuste y endeudamiento. El gobierno, en cambio, temeroso del descontento debido a la crisis económica y social de la pandemia, aunque valiéndose del prestigio relativo, opta por una política más regulada en sus ataques, que pasan principalmente por congelar los salarios del sector público.
Es una crisis en las alturas, pero debemos seguirla con atención porque, en caso de profundizarse, habría mejores condiciones para que el movimiento popular rompa con la pasividad de sus direcciones y enfrente los ataques actuales y los que vienen en camino.
