El blog de Roberto Herrera

Celso Gamboa y una lección de marxismo para incautos

«Los funcionarios judiciales debían perder aquella fingida independencia que sólo había servido para disfrazar su abyecta sumisión a los sucesivos gobiernos, ante los cuales iban prestando y violando, sucesivamente, el juramento de fidelidad. Igual que los demás funcionarios públicos, los magistrados y los jueces habían de ser funcionarios electivos, responsables y revocables»

Carlos Marx. La guerra civil en Francia (1871)

Una huelga judicial para ilustrar.

En Costa Rica, desde hace una semana hay una huelga que paraliza el poder judicial, el motivo de la huelga son las pensiones de los empleados judiciales, que están siendo atacadas por el parlamento. La huelga combina trabajadores judiciales y un sector de la aristocracia judicial. Esta huelga ha sido duramente atacada por los medios de comunicación y la opinión pública, la razón: la huelga incluía los sistemas de medicina forense, lo cual impedía recoger los cadáveres de la morgue, esto hizo a la huelga impopular.

Más allá de ese detalle, lo importante es que este conflicto específico, la retención de cadáveres en la morgue, se resolvió de una manera turbia: Celso Gamboa, ex Ministro de Seguridad de Laura Chinchilla y de Luis Guillermo Solís, actual Magistrado de la Sala Tercera (con el apoyo del gobierno y del Frente Amplio) a través de su solicitud directa, pide al actual Ministro de Seguridad, Gustavo Mata que recupere por la fuerza la morgue, la operación es decidida en cuestión de horas y es efectuada directamente por el viceministro de seguridad Juan José Andrade. Todo fue extraordinariamente irregular, pues Gamboa no es la patronal, no es el MTSS, no era víctima en el conflicto y se supondría que la policía no tendría que intervenir en una huelga a petición de un “ciudadano privado”.

Este hecho nos da pie para ilustrar y reflexionar sobre un tema más profundo: el carácter de clase del Estado costarricense.  Queremos usar estos personajes y este conflicto para ilustrar a nuestros lectores sobre: ¿Por qué los socialistas decimos que Costa Rica es una democracia burguesa? Es decir una democracia para los ricos y una dictadura para los trabajadores y los pobres.

El Estado según el marxismo.

La tradición marxista diferencia entre tres instituciones: el Estado, el régimen y el gobierno. Las tres se relacionan ente sí, el Estado es la institución de instituciones, los marxistas lo definimos por el tipo de relaciones sociales que este Estado promueve, protege, organiza y generaliza, en este caso el Estado costarricense es un Estado capitalista pues promueve, organiza y generaliza las relaciones sociales de producción capitalistas.

Como la función del Estado es garantizar las relaciones sociales de producción y garantizar el dominio de la clase dominante (en nuestro caso la dominación del imperialismo y la burguesía cipaya), quiere decir que el carácter del Estado es muy estable, casi nunca cambia y el “corazón” del Estado, sus instituciones centrales no están sometidas a control, ni escrutinio democrático, como son instituciones centrales para la dominación de clase, para la reproducción de las relaciones de clase (que son relaciones de explotación y dominación)  son instituciones profundamente estables, confiables y permanentes para la burguesía y la fracción dominante de las clases poseedoras, inclusive los individuos que dirigen estas instituciones, rara vez cambian. El “corazón” del Estado es el aparato del Estado: los jueces, la policía, la burocracia, los tecnócratas, el ejército, el aparato penal.

El aparato del Estado burgués con nombres propios.

Poder judicial.

Para ver la estabilidad de estas instituciones podríamos dar algunos ejemplos político-biográficos, por ejemplo Luis Paulino Mora, fue presidente de la Corte Suprema de Justicia, desde 1999 hasta 2013, cuando se murió, es decir dirigió el poder judicial por 14 años, pero era magistrado desde 1989, es decir fue parte central del poder judicial por 24 años. Desde el año 1949 (hace 68 años) solo ha habido 8 presidentes de la Corte Suprema de Justicia.

Organismo de Investigación Judicial.

El aparato represivo del país ha descansado sobre un grupo muy pequeño de hombres muy desconocidos, sobre las que la población apenas tiene control, por ejemplo el OIJ: Walter Espinoza Espinoza, es el actual director del OIJ desde 2015, pero fue miembro del ministerio público desde hace 24 años, sus dos antecesores Francisco Segura y Jorge Rojas, estuvieron al frente del OIJ (como directores o sudirectores) desde 1997. Un aparato represivo con casi 3000 funcionarios solo ha sido dirigido por 3 hombres desde hace 20 años.

Policía.

Con la policía es similar Juan José Andrade  y Erick Ching concentran los poderes fácticos del país, Andrade, hoy viceministro de seguridad, dirigió la policía desde 2010 y desde el 2001 es un funcionario importante de la policía, es decir desde hace 16 años, es además la figura más ligada a los aparatos represivos del imperialismo[1], el segundo Erick Ching ha desempeñado desde el año 2002, importantes cargos en los distintos puestos regionales de policía. Estos dos hombres más Gustavo Mata, el actual Ministro de Seguridad (aprendiz de Celso Gamboa) son los que tienen a cargo lo hilos de 14 000 hombres en armas, que son las fuerzas policías y militares del país.

Tecnócratas.

Lo mismo podemos encontrar con los tecnócratas que dirigen la economía. Personajes como Eduardo Lizano Fait o Francisco de Paula Gutiérrez, han sido los directores de la política económica del país independientemente del gobierno de turno[2].

Esto ejemplos biográficos nos ayuda a entender la solidez y profundidad del aparato del Estado y porque casi nunca cambia, por eso cuando se habla de Costa Rica como un país democrático no puede ser más que producto de la ingenuidad o del cinismo. ¿Cómo va a ser democrático un país donde la justicia, las armas y las decisiones económicas es decir la vida y la muerte, están en manos de un puñado de funcionarios privilegiados? Funcionarios privilegiados que nadie conoce, nadie controla y que nadie ha votado nunca en su vida.

Nuestro Estado. Un Estado de consejos obreros. 

La única forma de cambiar el carácter de clase de un Estado, es llevando adelante una revolución social.

Ese es uno de los objetivos de nuestro partido dirigir una revolución social, que destruya el aparato del estado burgués y lo sustituya por un Estado Obrero, un Estado cuyas instituciones organicen, promuevan, generalicen relaciones socialistas de producción (nacionalización de los principales medios de producción bajo gestión democrática de los trabajadores, cooperativas de tierra, trabajo y consumo, educación para el trabajo, etc.).

Un Estado apoyado directamente en la movilización obrera y popular, en los organismos que brotan directamente de la lucha y la coordinación popular, un gobierno de consejos obreros, donde todos los funcionarios (jueces, policías, magistrados, etc.)  sean elegibles, revocables y responsables ante sus electores, donde no haya una casta de burócratas con el monopolio de las armas y el uso de la fuerza, sino que la fuerza militar sea expresión de una auténtica milicia o ejército del pueblo, donde ningún funcionario gane más que un obrero calificado, pues justamente la representación política no es un trabajo, es una función y nadie debe enriquecerse producto de ser representante político.

 

[1] “En el 2012 fue nombrado Vicepresidente de la Comisión de Jefes (as), Directores (as) de las Policías de Centroamérica, México, El Caribe, Panamá y Colombia cargo que desempeña en la actualidad. En el 2014 asume la Presidencia de la Comunidad de Policías de América (AMERIPOL) cargo que desempeña en la actualidad.”

[2] “Eduardo Lizano fue presidente del Banco Central entre 1984-1990 y de 1998 al 2002, durante las administraciones de los expresidentes Luis Alberto Monge, la primera vez de Óscar Arias y Miguel Ángel Rodríguez. Francisco de Paula Gutiérrez dirigió la entidad entre el 2002 y el 2010 durante las administraciones de Abel Pacheco y la segunda vez de Óscar Arias.”