Editorial

En segunda ronda llamamos a votar nulo y fortalecer las luchas

Estas elecciones se dan en medio de un largo período de retroceso en la luchas, los sectores que estaban luchando en general fueron cooptados a mesas de diálogo por el gobierno con la colaboración del Frente Amplio; mientras que los pocos que decidieron luchar  fueron reprimidos (trabajadores de JAPDEVA, mujeres por vivienda en Puntarenas, Salitre, Sardinal, y por supuesto las huelgas en piñeras de la zona norte). Esto sin duda dio pie a que se fortalecieran fenómenos como el de Fabricio Alvarado o Juan Diego Castro.

Estuvieron marcadas por un alto abstencionismo, la suma de los votos de los candidatos que pasaron a segunda ronda no supera el millón de personas que no fueron a votar (34.4%); también es la tercera elección consecutiva que no se define en primera ronda y la segunda consecutiva donde sale derrotado el principal partido de la burguesía (PLN) en la carrera por la Presidencia.

La desmovilización de las luchas y la incapacidad del PAC para atender las necesidades de las familias trabajadoras, sumado a los escándalos de corrupción por el cementazo, empujaron a los trabajadores a un voto castigo y a una explicación “moral” de los problemas del país.

Fabricio Alvarado logró entrar en segunda ronda  con un discurso homofóbico, apoyándose en “la defensa de la familia”, supuestamente amenazada por el reconocimiento del matrimonio igualitario o la educación sexual en escuelas y colegios.  Se presentó como un candidato “que defiende la familia”, en un momento donde la familia trabajadora es amenazada por el desempleo, por los salarios de miseria, por la pérdida de empleo de las mujeres,  por la violencia femicida, por el narcotráfico, por la policía, etc.

Aunque en los votos a Fabricio Alvarado hay sin duda un grupo de votantes conservador, homófobo y enemigo de los derechos de las mujeres, la motivación de muchos es otra: un voto para castigar al gobierno, un voto contra la corrupción. Para ellos no era parte de la élite rica de los partidos tradicionales (que se identifica con el PLN, los libertarios y el PUSC) y parecía algo “nuevo y diferente”. Obviamente estos razonamientos son equivocados.

El PAC por su parte capitalizó el voto útil del “mal menor” frente al crecimiento de Fabricio. Ahora en segunda ronda algunos partidos como el Frente Amplio y activistas de izquierda llaman a combatir el “giro reaccionario” con la unidad electoral de todos los sectores contra el “mal mayor”. De esta forma reducen todo a las elecciones, olvidando que el voto no va a definir el curso de las luchas que tendremos que dar con cualquiera de las opciones y que en lo sustancial no hay un carácter progresivo del PAC –ni en lo económico, ni en lo político y tampoco en los derechos LGBTI.

El gobierno que resulte electo va a atacar a la clase trabajadora para enfrentar la crisis fiscal. Ambos por sus programas son partidos burgueses, defienden los grandes intereses empresariales y un régimen que garantiza la explotación y opresión. Por eso ninguno merece el voto de la clase trabajadora.

Nuestra política es esencialmente de clase, no podemos dar un apoyo político a un partido burgués que va a usar el poder del Estado para perpetuar la explotación capitalista que tiene a la clase trabajadora sumida en la pobreza y el desempleo.

Con la actual conformación de la Asamblea, un PAC cada vez más a la derecha y un Frente Amplio dedicado a la colaboración con el PAC,  la única posibilidad de que avancen los derechos LGBTI, de que se enfrenten los discursos homofóbicos y de que logremos impulsar una agenda de la clase trabajadora es la organización conjunta para luchar y no para votar.  Los llamados a votar por el “mal menor” nos distraen de esa tarea y embellecen a un gobierno que atacará los derechos de  toda la clase trabajadora y seguirá utilizando los derechos LGBTI como moneda de cambio.

Nuestro llamado es a votar nulo contra ambos partidos en contienda, los cuales sin duda intentarán descargar la crisis fiscal sobre las espaldas de la clase trabajadora. Nuestra tarea urgente  es preparar la movilización y la lucha para defender nuestros derechos desde ya, apostando por conquistar en las calles derechos para la población LGBTI y combatiendo la pobreza y el desempleo que afectan a la inmensa mayoría de las familias trabajadoras.