15 abr, (SocialismoHoy.com) – Esta semana se avivó otra crisis migratoria en la región. En la frontera con Panamá se mantienen más de 2.000 cubanos y surafricanos y se prevé el arribo de al menos 1.200 más. Contrario a lo que sucedió en la pasada crisis de febrero, donde los inmigrantes quedaron atrapados en Costa Rica, en esta ocasión es el gobierno costarricense quien reprime a los miles que huyen de una situación de empobrecimiento atroz.
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Durante jueves y viernes ya se han reportado operativos de represión con antimotines en Paso Canoas para sacar a los cubanos y africanos que buscan cruzar por nuestro país hacia Estados Unidos.
Dichos operativos han sido mandatados directamente por el presidente Solís, quien hoy cumple el mismo rol de gobiernos como Turquía, Macedonia o Nicaragua, al impedir el paso a miles de personas que buscan refugio y huyen del grave deterioro social y económico provocado por el capitalismo en sus países.
Además de cubanos, existe gran cantidad de migrantes surafricanos provenientes de países sumidos en la miseria como son: Congo, Níger, Nigeria, Senegal, Costa de Marfil, Ghana y Somalia. Pese a que Cuba y Sudáfrica son lugares distantes, tienen algo en común: la clase trabajadora vive en las más decadentes e infrahumanas condiciones de vida.
En el caso cubano son de resaltar las medidas de ajuste en los empleos, salarios y derechos sociales. Son estas medidas empobrecedoras, junto a las condiciones de dictadura que se viven en el país las que motivan a que sus pobladores dejen su tierra en busca de mejores condiciones de vida.
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Fuerza bruta en defensa de la “soberanía”
Muchos costarricenses miran con buenos ojos el hecho de que Solís defienda una supuesta “soberanía” al resguardar las fronteras mediante los antimotines.
En el capitalismo, las fronteras son utilizadas para crear falsos sentimientos del nacionalismo entre los trabajadores, mientras que todos, independientemente del país en el que hayan nacido son explotados y oprimidos por los empresarios y sus gobiernos.
Todos los centroamericanos somos expoliados de la riqueza que producimos gracias a que los gobiernos y las empresas, muchas propiedad de potencias imperialistas, confabulen para pagar salarios de miseria y evadir impuestos. Los trabajadores tenemos más cosas en común con otros trabajadores de centroamerica, que lo que tenemos en común con los evasores de los Pánama Papers.
Un gobierno que defendiera la “soberanía” no seguiría al pie de la letra medidas políticas y económicas dictadas por gobiernos y organismos extranjeros: (FMI, Banco Mundial). Tampoco permitiría la entrada de, buques de guerra norteamericanos que atracan todos los años en nuestras costas.
Es claro que el gobierno tiene una política diferenciada para los ricos y pobres, independientemente de qué nacionalidad tengan: total permisividad con los empresarios que evaden impuestos, total impunidad ante la estafa al fisco vía empresas off shore –#panamapapers–, pero garrote para pobres honestos que solo vienen de paso para buscar una vida mejor.
Nuestra propuesta ante la crisis
Desde el Partido de los Trabajadores le exigimos al gobierno de Luis Guillermo Solís que cese la represión, retire a los antimotines de la frontera y le permita el paso a los cubanos y africanos que se encuentran en la frontera. En lugar de policías debe apostar médicos, enfermeros y personal de auxilio para salvaguardar la salud de esta población.
Hay que exigirle a nuestro gobierno, al de todos los países centroamericanos que negocien la apertura de fronteras y permitan el pasaje seguro de estas miles de personas por nuestro continente.
En el tanto esto no se dé, el gobierno debe garantizar los recursos para afrontar la estancia y el traslado de estas personas hacia su destino. Así como debemos exigir que se cobren más impuestos a las millonarias ganancias de las empresas en el país para fortalecer la salud y la educación pública, debemos garantizar que haya presupuesto para enfrentar esta emergencia humanitaria.
Creemos que hay que exigirle visas humanitarias para estas personas y garantizarles vuelos hacia Estados Unidos.
A modo de síntesis diremos que los los graves problemas inmigratorios, sea en Europa o en Centroamérica, son una respuesta desesperada del pueblo trabajador ante un capitalismo que arruina a las grandes mayorías. Solo los obreros organizados, independientemente de su nacionalidad, son los que podrán construir un mundo justo donde no se empuje a familias fuera de su hogar a causa de la pobreza y la miseria.
¡No más represión! ¡Que se retiren los antimotines y que se abra la frontera!
¡Que se acondicionen refugios y atención médica para los migrantes cubanos y africanos!
¡Visas humanitarias y vuelos hacia los Estados Unidos!
¡Exijámosle a todos los gobiernos centroamericanos la apertura de las fronteras!
¡Nacional o extranjera es la misma clase obrera!