Nacionales

Nacionalizar el sistema de salud para proteger la vida del pueblo trabajador

La emergencia mundial del COVID-19 ha puesto a prueba el sistema de salud pública de Costa Rica, sometido durante años a la lógica neoliberal. Se puede decir que en las pocas semanas de propagación del virus esas debilidades se muestran y conforme avance la enfermedad, se puede generar una crisis incontrolable para un país dependiente como el nuestro.

Existe una carencia importante de camas, equipo médico y de protección en la actual. No obstante, los funcionarios de gobierno resaltan la fortaleza del sistema de salud e insisten en compararlo con los demás países de América Latina. Es una discusión engañosa porque resulta obvio que, si se compara un sistema público con la modalidad privada, excluyente y basada en el lucro, el público va a mostrar mejor desempeño. Nosotros reivindicamos el carácter público de la salud. Si aún no se ha privatizado es por las luchas de los movimientos sociales, con los trabajadores de la salud como vanguardia, pero si fuera por los funcionarios y el gran empresariado ya hace tiempo no tendríamos CCSS.

En este artículo se profundizará en las razones del deterioro de la salud pública; también se buscará desarrollar un elemento central de nuestro programa que cobra plena vigencia en tiempos de drama social por COVID: la nacionalización de la salud pública bajo control de los trabajadores.

El debilitamiento de la salud pública

Partimos del hecho de que el modelo de salud pública es frágil y amenaza con entrar en una crisis aún más profunda. Antes de la emergencia, clase trabajadora sufría en carne propia problemas como enormes listas de espera, suspensión de emergencias durante las noches, farmacias sin medicamentos, falta de personal médico, infraestructura deficiente, solo por citar algunos.

El origen del deterioro hay que buscarlo en las políticas neoliberales, aplicadas de manera consciente por los diferentes gobiernos neoliberales. Estas iniciativas, impulsadas por los organismos imperialistas, consisten en estancar la inversión en salud y aplicar recortes presupuestarios. Solo para tener un dato reciente, el presupuesto de la CCSS para 2020 abarca 3,2 billones de colones, muy poco si lo comparamos con el pago de intereses de la deuda el cual llega a consumir 38% del presupuesto nacional. Hay una política a propósito para desfinanciar la CCSS y el Ministerio de Salud porque para el gobierno es prioridad cumplir los compromisos adquiridos con el imperialismo.