Por Jouseth Chaves Rodríguez

En el capitalismo, los seres humanos estamos divididos en dos grandes bloques: uno ultra minoritario, conformado por las personas dueñas de los medios de producción (la clase capitalista o burguesa), y otro mayoritario, integrado por quienes, para sobrevivir en este sistema, debemos vender nuestra fuerza de trabajo a cambio de un salario que nos permita subsistir (la clase trabajadora).

La clase capitalista utiliza a la sociedad a su antojo y para satisfacer sus intereses de lucro. Por esta razón, dentro de la masa de personas que componen la clase trabajadora, se asignan diferentes funciones según las necesidades del sistema. Una parte es condenada al desempleo; otra, se encarga de tareas relacionadas con el mantenimiento y la reproducción del capitalismo, en este grupo se encuentran quienes laboran en escuelas, hospitales, bancos, seguridad, atención en tiendas, centros de llamadas,  hoteles, entre otros servicios.

Por otro lado, una parte minoritaria de la clase trabajadora asume la tarea de producir valor a través de la transformación de materias primas en productos esenciales para el funcionamiento del capitalismo. A este grupo se le denomina clase obrera o proletariado industrial, y ocupa el corazón del sistema. Su labor incluye la producción de “bienes de producción”, como quienes trabajan en refinerías, hidroeléctricas, la fabricación de maquinaria industrial, y en obras de construcción pesada como puentes, carreteras o puertos. También abarca a quienes extraen materias primas de la tierra, como en la minería y la gran explotación capitalista del agronegocio.

La clase obrera o proletariado industrial, además, se encarga de la producción de bienes de consumo”. En este ámbito, encontramos a quienes laboran en fábricas de alimentos, automóviles, electrodomésticos, productos de limpieza, insumos médicos, así como en la construcción de viviendas y oficinas, entre otras.

Una característica distintiva del capitalismo es su organización de la producción de bienes en grandes empresas, frecuentemente situadas en extensos parques industriales. En estos espacios, la producción se lleva a cabo utilizando lo más avanzado en tecnología y maquinaria moderna, con el objetivo de maximizar la productividad laboral. Esta enorme escala de producción es socializada, ya que involucra a cientos de miles de personas trabajando en conjunto.

Sin embargo, aunque la producción de mercancías y productos sea social, su apropiación es individual. La clase capitalista se adueña de esta riqueza, lo que da lugar a una sociedad profundamente desigual. En este modelo, la clase trabajadora, que es quien produce la riqueza, termina siendo la más perjudicada, llevando siempre la peor parte.

¿Por qué es importante estudiar esa división?

Aunque todas las personas de la clase trabajadora (o proletariado) compartimos la condición de tener que vender nuestra fuerza de trabajo para sobrevivir en el capitalismo, es fundamental comprender que nuestra ubicación dentro del engranaje capitalista determina el nivel de control que podemos ejercer para imponer nuestros intereses de clase.

Por ello, quienes aspiramos a llevar adelante una lucha seria y directa por la destrucción del capitalismo y la construcción de una sociedad socialista debemos basarnos en las herramientas que ha logrado generar el marxismo para quienes luchan por cambiar el mundo. Desde esa forma de analizar la sociedad, se identifica a la clase obrera o proletariado industrial como el sector llamado a liderar la lucha contra el capitalismo (LIT-CI, 2018), por ser quienes tienen las mejores condiciones para imponer un programa socialista. Esta afirmación se fundamenta en aspectos como los siguientes:

• Por su ubicación en la producción, la clase obrera es el único sector trabajador productivo en términos marxistas, es decir, el que genera valor y produce plusvalía. Por esta razón, el proletariado industrial desempeña un papel central en la sociedad. Una huelga general protagonizada por el proletariado afecta severamente al conjunto de la economía y la vida social, lo que le otorga la capacidad de actuar como vanguardia en el proceso revolucionario.
• Por su concentración en unidades productivas, el proletariado industrial realiza un trabajo esencialmente colectivo. Una persona trabajadora en este sector entiende que el resultado de su labor es necesariamente colectivo, a diferencia de muchas otras categorías en la sociedad capitalista donde se privilegia el desempeño individual.
• La globalización ha confirmado de manera brutal la tesis planteada en el Manifiesto Comunista sobre la tendencia del capitalismo a la pauperización del proletariado. Este fenómeno se traduce en una constante reducción del nivel de vida de quienes laboran en el núcleo de la producción capitalista, consolidando su explotación y miseria, con una particular afectación de las mujeres, personas migrantes y la juventud y niñez.

Una masa sin voz y “dormida”

Durante décadas, los distintos sectores políticos y sindicales del país han contribuido a la invisibilización de la clase obrera. Incluso dentro de muchos sectores de izquierda, persiste la idea de que Costa Rica carece de una clase obrera significativa.

Esta visión errónea responde, en parte, a la lógica que presenta a Costa Rica como una economía de “servicios” y con poca industria, donde el sector profesional y el profesional liberal, o la producción agrícola a pequeña o mediana escala, son vistos como el centro de la economía nacional. Sin embargo, nada está más alejado de la realidad. Aunque es cierto que la clase obrera del país se encuentra atrapada en una dictadura patronal que la mantiene sin voz y sin organización, esto no la hace menos relevante. De hecho, se comporta como un gigante invisible, una fuerza de enorme potencial de la que nadie habla ni se hace referencia.

A esta invisibilización contribuye el hecho de que otros sectores, como el gremio docente, las organizaciones del movimiento social (incluidos grupos de mujeres, ambientalistas y estudiantes) logran tener alguna presencia pública en los acontecimientos sociales y políticos del país. En contraste, la clase obrera se mantiene como un gigante silencioso e «invisible», relegado al anonimato, salvo pocos casos como quienes levantan la voz en Dos Pinos o algunas plantaciones.

 ¿Cuánto peso tiene la clase obrera en Costa Rica?

Por muchos años ha habido un debate entre marxistas, de si todas las personas que laboran en una determinada industria son parte de la clase obrera o del proletariado industrial o no, debido a que en toda empresa hay sectores que realizan funciones en otros departamentos como contabilidad, limpieza, recursos humanos, prensa, etc.

Para efectos de este análisis, se tomarán en cuenta los datos generales, de todas las personas que laboran en los sectores económicos, haciendo la alerta de que los sectores operativos de las empresas por lo general son los sectores mayoritarios.

Para inicios del año 2024, la fuerza laboral del país llegaba a poco más de 2 millones de personas  (2 157 570 personas ocupadas), de las cuales más de un 25% laboraban en sectores económicos que fabrican bienes de producción y bienes de consumo (620 473 personas) (INEC, 2024).

Esos datos reflejan una realidad que señala la presencia de un sector muy importante de la clase obrera o proletariado industrial en el país, casi 1 de cada personas trabajadoras están vinculados a la producción central del capitalismo en Costa Rica, lo cual es un número muy alto, en comparación a muchos otros países.

¿Quiénes son la clase obrera en Costa Rica?

La clase obrera de la industria de bienes de producción

Siguiendo la división planteada anteriormente, se puede observar que, de acuerdo con los datos generales de la CCSS, la producción de “bienes de producción” en el país abarca sectores estratégicos como la minería, la pesca y la agroindustria, los cuales concentran aproximadamente 211.563 personas trabajadoras. A este grupo se suman quienes laboran en la producción de electricidad, el manejo de combustibles, agua y gas, donde se contabilizan cerca de 35.371 personas trabajadoras.

Para dar mayor precisión a este análisis, es importante mencionar algunas de las principales empresas y entidades que operan en este sector. En el campo energético, destacan RECOPE con 1.608 personas trabajadoras, la parte operativa del ICE con aproximadamente 13.000 personas, y el AyA con 4.221 personas trabajadoras. Además, en la construcción de carreteras y obras pesadas sobresale la empresa MECO, que emplea a unas 1.600 personas trabajadoras.

En el ámbito de la agroindustria, sobresale la gran industria agroexportadora, donde se encuentran importantes concentraciones de personas trabajadoras en plantaciones de banano, piña y caña de azúcar. En la producción de banano, destacan las siguientes empresas:

• Del Monte: 16.000 personas trabajadoras
• Dole Banano: 3.600 personas trabajadoras
• Chiquita: 5.000 personas trabajadoras
• Grupo Acón: 7.000 personas trabajadoras

En el caso de la producción de piña, se identifican las siguientes empresas:

• Dole Piña: 2.500 personas trabajadoras
• Norteñas: 1.500 personas trabajadoras
• VISA: 1.000 personas trabajadoras

Para la producción y procesamiento de caña de azúcar, destacan las siguientes:

• Azucarera El Viejo: 800 personas trabajadoras
• Taboga: 750 personas trabajadoras

Las personas que laboran en estas empresas desempeñan una función esencial en la producción de bienes indispensables para la reproducción del capitalismo. La energía, las materias primas y la construcción pesada forman parte de este sector estratégico. Estas actividades no solo garantizan la continuidad del proceso de producción, sino que también colocan a la clase obrera que trabaja en ellas en una posición crucial dentro de la economía capitalista, ya que su labor impacta directamente en la infraestructura material que sostiene el sistema.

Sobre la industria de bienes de consumo

En la industria manufacturera de bienes de consumo, los datos del INEC indican que 53 906 personas laboran directamente en la construcción de edificios completos y de partes de edificios, mientras que 32 905 se desempeñan en la fabricación de equipo médico y quirúrgico. Otros sectores relevantes incluyen 4 655 personas dedicadas a la producción y procesamiento de productos cárnicos, 5 866 en la elaboración y conservación de frutas y hortalizas, y 4 425 en la producción de aceites vegetales.

Además, 7 027 personas trabajan en la producción de productos lácteos, 10 564 en la elaboración de productos de panadería y 13 322 en la producción de “otros productos alimenticios”. En el sector de bebidas, 2 888 personas laboran en la producción de bebidas de malta y 2 585 en la producción de aguas minerales.

En cuanto a los sectores industriales, 1 361 personas participan en la producción de textiles, 1 890 en la fabricación de plásticos en formas primarias, 9 385 en la industria química y farmacéutica, y 5 603 en la producción de productos de plástico. El sector de materiales de construcción también concentra una gran cantidad de trabajadoras y trabajadores: 2 042 personas laboran en la producción de cemento y 2 665 en la fabricación de productos metálicos para uso estructural. Por su parte, 3 908 personas se dedican a la elaboración de otros productos de metal, 3 232 a la fabricación de maquinaria de oficina y 4 037 a la fabricación de equipo electrónico.

Con el fin de visualizar los sectores de este sector de la clase obrera del país, es importante identificar algunas de las empresas que representan los principales sectores industriales de bienes de consumo. Esto permitirá reconocer la dimensión de la clase obrera y su importancia en la economía de Costa Rica.

En el sector de la producción de alimentos se encuentran empresas como:

• Dos Pinos: 5 071 personas trabajadoras.
• FITCO: 6 300 personas trabajadoras.
• Cargill: 4 500 personas trabajadoras.
• Coca Cola FEMSA: 2 000 personas trabajadoras.
• Pozuelo: 1 300 personas trabajadoras.
• Demasa: 1 360 personas trabajadoras.

Otro de los sectores principales de la producción es el de insumos médicos, entre las que se encuentran:

• Boston Scientific: 7 500 personas trabajadoras.
• Abbott: 5 000 personas trabajadoras.
• Philips: 2 850 personas trabajadoras.

En el sector de la industria química se encuentran empresas como:

• Irex: 1 100 personas trabajadoras.
• Procter & Gamble: 1 500 personas trabajadoras.
• Pfizer: 1 000 personas trabajadoras.

Otras de las empresas de producción de bienes que concentran grandes cantidades de personas trabajadoras y un gran nivel de producción como Intel, Panasonic, Bridgestone, Metalco, Durman, Kimberly-Crack, o las grandes constructoras como  CICSA, Van Der Laat y Jimenez, Ingelectra o EDICA.

Un inicio de nuestro estudio de la clase obrera en Costa Rica

Con este primer esfuerzo para abordar las características de la clase obrera de Costa Rica, se inicia un proceso de elaboración sobre diversos temas relacionados con su papel en el país, su relación con otras clases sociales y las consecuencias de estas dinámicas.

En el Partido de la Clase Trabajadora, nos hemos dado a la tarea de colocar en el centro de nuestra actividad política la educación política y la organización de un sector cada vez más amplio de compañeras y compañeros de la clase obrera del país. El objetivo es fortalecer la conciencia obrera y consolidar su aparición como una pieza central de la política nacional.

En las próximas elaboraciones se buscará hacer un esfuerzo por dimensionar y cuantificar la enorme riqueza que produce la clase obrera en Costa Rica. De igual forma, se procurará identificar a las personas, familias y grupos económicos que se apropian de esa riqueza. Al mismo tiempo, se pretende describir las consecuencias sociales que genera esta forma de distribución de la riqueza producida.

Referencias