Movimiento Nicaragüenses

Balance y perspectivas de la lucha contra la dictadura en Nicaragua

Centroamérica es una sola nación artificialmente dividida por el imperialismo y las oligarquías locales. Siendo así es muy normal que los movimientos populares de los distintos países de Centroamérica, se “pasen” de un lado a otro de las fronteras, así los movimientos más avanzados “fertilizan” a los más atrasados.  En 2018 se vivió la rebelión de Abril en Nicaragua, la huelga contra el plan fiscal en Costa Rica y la resistencia contra Juan Orlando Hernández en Honduras, mostrando nuevamente el carácter regional de los ascensos y derrotas en Centroamérica.

La rebelión de Abril de 2018, fue inspiradora y puso en pie a miles de jóvenes, mujeres y campesinos nicaragüenses, en la lucha contra la dictadura de Daniel Ortega, la rebelión fue derrotada a través de brutales métodos dictatoriales y paramilitares. A partir de allí, se produjo una nueva oleada de exiliados políticos de Nicaragua a Costa Rica. ¿Cuál es la situación actual de esta lucha democrática?

La dictadura logró afianzar su posición, a través de una política totalitaria que impide cualquier tipo de oposición democrática en Nicaragua, ilegalizó los partidos de oposición, exilió y desnacionalizó a la mayoría de líderes políticos y evitó que inclusive las organizaciones católicas puedan servir de punto de apoyo para cualquier tipo de resistencia organizada.

Luego de ese aplastamiento de las organizaciones sociales, la dictadura se ha concentrado en amedentrar al exilio nicaragüense de muy distintas formas, especialmente con la vigilancia sobre sus familiares en el terreno, procurando que no se den nuevos brotes de resistencia.

En este momento las organizaciones en el exilio viven un triple intento de desarticularlas,el primero es la represión de la dictadura, el segundo la hostilidad del gobierno de Rodrigo Chaves, que dificulta conscientemente obtener derecho al refugio y al asilo e introduce en la opinión pública la idea que los refugiados nicaragüenses son “ un gasto que no nos podemos permitir” y en tercer lugar las políticas migratorias privilegiadas de los Estados Unidos que dispersan el liderazgo popular por tres países.

Las organizaciones en el exilio tienen varias perspectivas, la primera la necesidad de reorganizarse y lograr conseguir la unidad a través de demandas democráticas y sociales que les permitan actuar juntas contra la dictadura. Una parte importante de la resistencia es la lucha de las comunidades miskitas y mayagnas, por no ser destruidas por la dictadura, el exilio forzado  y el neocolonialismo que quiere apoderarse de sus tierras ancestrales, y un tercer aspecto es la fusión de las organizaciones nicaragüenses con el mismo movimiento popular en Costa Rica, es natural que el movimiento estudiantil se nutriera de la experiencia nicaragüense, pero su actual parálisis evita esa fusión, donde esta unidad esta más avanzada es en el movimiento de mujeres, que en los hechos esta fusionado con el movimiento de mujeres de Costa Rica, siendo las exiliadas nicaragüenses quienes encabezaron la marcha del 8 de Marzo en Costa Rica.