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Catalunya: una declaración de independencia ficticia y un 155 real

  • No hay República, no hay derecho a decidir, sin derrotar el 155
  • Boicot a las elecciones de Rajoy y la Monarquía

Luego de las masivas movilizaciones y el triunfo del SÍ en el referéndum autonómico, el Parlamento proclamó una República catalana ficticia. Posteriormente, Mariano Rajoy, presidente del Estado Español, aplicó el artículo 155, mediante el cual ahora preside la Generalitat, con todas las funciones. Además, convocó a elecciones para el 21 de noviembre para legitimar el 155, pasándole por encima a la voluntad popular.

Una declaración de independencia ficticia

Decimos que la proclamación de la República catalana el 27 de octubre no ha sido real porque los diputados que la votaron no la querían. Puigdemont ya había hecho público el día anterior que había decidido rendirse, renunciando a la proclamación de la República y convocando elecciones autonómicas.

Lo que realmente preocupa a Puigdemont y Junqueras, además de su suerte personal, es que se “rompa la normalidad”. El 28 de octubre, el día siguiente de la aplicación del 155, cuando el Gobierno ya estaba cesado, Puigdemont hizo un llamamiento desesperado a la calma, a “buscar la máxima estabilidad y tranquilidad”.Es la voz del entreguismo.

La UE y sus gobiernos con el rey y Rajoy, a muerte contra el derecho a decidir

La UE y sus gobiernos han dado un apoyo imprescindible e incondicional al rey y a Rajoy. Han justificado y avalado la represión y el 155. La UE es un engranaje antidemocrático de la oligarquía financiera contra la clase trabajadora y los pueblos de Europa.

Tanto el PSOE-PSC como CCOO-UGT han demostrado que de socialistas y de obreros no tienen nada y que son, junto con el PP, uno de los pilares básicos del régimen monárquico. No han movido ni un dedo contra la represión más allá de alguna cínica condena formal y alguna cínica apelación al diálogo.

PODEMOS, con Pablo Iglesias a la cabeza y su alianza con el dirigente del PCE Garzón también han asumido una enorme responsabilidad. Se opusieron al referéndum en nombre de un referéndum pactado que sabían que era imposible.

Rajoy, el rey y los partidos del régimen promueven elecciones libres con la participación de los partidos catalanes. Pero, incluso si las candidaturas, digamos independentistas, ganaran una mayoría de votos y escaños ya no sería para proclamar, defender y construir ninguna República catalana, sino para tratar de negociar un encaje favorable a los negocios.

La República catalana será de los trabajadores o no

¿Qué se necesita para avanzar en la lucha? No otorgar ninguna confianza política a Puigdemont-Junqueras ni a sus correas de transmisión ANC -Òmnium. No dudaremos ni un segundo a defenderlos incondicionalmente de la represión vengativa de los herederos del franquismo, que ya se ha traducido en la detención de Puidgemont en Bélgica.  Pero no les vamos a dar ningún apoyo político. Con ellos al frente la derrota es segura.

No hay derecho a decidir ni República catalana sin derrotar el 155 y hacer fracasar las elecciones de Rajoy y la Monarquía. La gran tarea actual es impulsar el boicot a las elecciones del 155 con los que no están dispuestos a venderse.

Si el proceso soberanista ha fallado es, sobre todo, por su desvinculación de las reivindicaciones obreras y populares. La lucha para construir y proclamar la República catalana tiene que ser instrumento para conseguir pan, trabajo, techo, igualdad y soberanía. Tiene que ser la punta de lanza, junto a los trabajadores del resto del estado, para acabar con este régimen monárquico heredero del franquismo y lacayo de la Unión Europea y la Troika.

Llamamos a los sectores más conscientes y luchadores de la clase obrera, los que participaron del 1-0 y salieron a la huelga el 3-O, a dar un paso adelante y ponerse al frente de esta lucha, porque, una vez más en la historia, se ha demostrado que la República catalana o es de los trabajadores o no será.