San José, nov (Socialismo Hoy) – Durante finales del mes de octubre y parte de noviembre se dio una explosiva lucha del movimiento estudiantil universitario, quienes protestaron de forma masiva mediante marchas, bloqueos y tomas de varios edificios y sedes universitarias.
Esta se disparó por el condicionamiento al presupuesto universitario acordado por los rectores y las federaciones de estudiantes; sin embargo, trascendió a una lucha contra el deterioro en general de la educación superior producto de los recortes de los últimos gobiernos y también contra temas como el acoso sexual.
Durante el gobierno de Luis Guillermo Solís, las luchas en el país habían decaído, centralmente por la expectativa de que el PAC rompiera con las políticas del PLN; tales ilusiones fueron alimentadas por las direcciones de sindicatos y federaciones estudiantiles que veían al gobierno como un “aliado”. Sin embargo, desde agosto del año pasado, con la huelga del sector público, esto cambió por completo y empezamos a ver cada vez más luchas y manifestaciones. Hemos visto movilizar a estudiantes de secundaria, pescadores, camioneros, educadores, trabajadores de la salud, etc. No obstante, el movimiento estudiantil universitario se encontraba completamente tranquilo.
Para poder entrar en la lucha tuvo que rebasar a su dirección formal, las federaciones estudiantiles, quienes en los últimos años, bajo la dirección del “progresismo” tanto del PAC como del Frente Amplio, han servido para contener las luchas, llamando en los hechos a confiar en el gobierno. Este es un ejemplo importante que el conjunto del movimiento social de Costa Rica debe seguir.
En el sector público la mayoría de las direcciones sindicales no están preparando la lucha contra los ataques del gobierno, y desmovilizan a los trabajadores llamándolos a confiar en la sala constitucional o acciones legales y no en la lucha. Cuando convocan a huelgas lo hacen sin gran preparación y sin ánimos de dar una lucha a fondo, solo para decir que cumplieron con convocar y echarle la culpa a la base por no asistir.
De igual manera los trabajadores del sector privado necesitan romper con el muro impuesto por la dictadura de la patronal, para salir a luchar por mejores condiciones de trabajo y contra los ataques del gobierno. Sabemos que hay miedo y que la persecución de los patronos es feroz, pero los casos de los compañeros y compañeras de la Dos Pinos o los de limpieza de Selime en la UCR son ejemplo claro de que es posible dar esta lucha.
Otro ejemplo que debemos seguir lo podemos ver en países como Ecuador o Chile, donde el conjunto del pueblo salió a luchar de forma unificada y combativa para derrotar los ataques del gobierno. No basta con salir a luchar mediante marchas, es necesario afectar la economía de los grandes empresarios para derrotar al gobierno, y esto solo lo vamos a hacer mediante bloqueos, cierres y luchas combativas. Esto no se logra con la buena voluntad de unos cuantos, es necesario salir todos juntos. Es decir, necesitamos unificar todas las luchas y ganar a los compañeros y compañeras de nuestros trabajos y centros de estudio a que salgan a luchar también, la fuerza de nuestra lucha está en la cantidad de compañeros y compañeras que se sumen.
La única forma de lograr esta unidad es mediante la más amplia democracia de base. Que sea mediante asambleas y organismos representativos que se tomen las principales decisiones, y que las direcciones asuman como su principal tarea garantizar estos espacios democráticos y unitarios de discusión y luego el cumplimiento y ejecución de lo votado.
El gobierno del PAC-FA viene atacando fuertemente al conjunto de la clase trabajadora, y está preparando todavía más ataques. La experiencia de Ecuador y Chile nos demuestra que es posible derrotar los planes del gobierno, pero solo lo podremos hacer si superamos los obstáculos, sean las direcciones o la persecución de los patrones, y salimos de forma unitaria y democrática a luchar con métodos radicales.
