Editorial

Municipales 2016: Aumentó la competencia electoral pero no hubo alternativa para el pueblo

Durante estas elecciones municipales se consolidó aún más la fragmentación del voto expresada en 2014. Mientras que durante el siglo XXI, en especial a nivel municipal, hubo preponderancia del  PLN, el PAC, la Unidad Social Cristiana y el Libertario, los resultados de este 2016 arrojan una distribución mucho más fragmentada del voto, tanto en alcaldes como en regidores.

Partidos ‘’nuevos’’ a nivel municipal, como el Republicano Social Cristiano, Nueva Generación y el Frente Amplio obtuvieron entre el 5% y el 10%  de los votos a nivel nacional y  lograron elegir regidores en decenas de cantones del país, así como algunos alcaldes.

Así mismo ocurrió un “boom” de nuevos partidos cantonales, pasando el número de partidos contendientes de 56 en 2010 a 70 en el 2016. Diversos analistas concuerdan en que esta última fue una de las razones de peso para la reducción del abstencionismo, que bajó de un 70% a un 65%.

Días después de la elección afirmamos que pese a la mayor oferta electoral y dispersión del voto, la clase trabajadora no encontró en las urnas ningún partido capaz de solventar la miseria, el desempleo y la crisis de obra pública que asola sus barrios.

La receta de todos los partidos

La gran mayoría de partidos, en especial los de presencia nacional, mostraron un gran consenso alrededor de un programa político que mantiene las municipalidades al servicio de las grandes empresas y los ricos.

Todos, por ejemplo, celebraron la aprobación de la ley 18001, que excluye al MOPT del mantenimiento de las vías cantonales y dota a las municipalidades de presupuesto para que lo den en concesión a grandes constructoras como MECO y Hernán Solís.

La mayoría también propuso usar el esquema de sociedades públicas de economía mixta, que  permite lucrar a empresas privadas a partir de la inversión pública municipal, para generar inversión y empleos en los cantones.

Ninguno cuestionó los salarios millonarios que ganan los alcaldes, ni buscó la forma de combatir la evasión de impuestos de ricos y empresarios. Todos en cambio defendieron la necesidad de recortar las convenciones colectivas municipales, todos incluido Ismael Ortiz, candidato a alcalde por el Frente Amplio en San José.

Todos omitieron posicionarse sobre proyectos antipopulares que sus bancadas legislativas apoyan  como el aumento del Impuesto de Ventas a la canasta básica conocido como IVA.

Más allá de las promesas populistas sobre vivienda y calles  y de los ofrecimientos clientelistas en las que probablemente todos incurrieron, ninguno propuso una medida que rompiera con el corrupto funcionamiento municipal conocido hasta hoy.

En el caso del Frente Amplio fue claro que su programa coincidió en todos los puntos estratégicos con el resto de los partidos burgueses. Este partido mostró una vez más como en pos de su crecimiento electoral, está dispuesto a ser completamente funcional al capitalismo y al sistema electoral burgués.

¿Quién ganó? ¿Quién perdió?

En relación a los resultados, lo primero que puede decirse es que Liberación Nacional logró contener  la fuerte crisis que tuvo con la derrota electoral de 2014.

Si bien es cierto vio reducidos sus votos a nivel nacional de un 44% a un 32% con relación al 2010 y perdió 11 alcaldías de las 59 que tenía, se mantuvo como la principal fuerza a nivel nacional en las municipales.

Por otro lado la Unidad Social Cristiana, que subió de 9 a 14 alcaldías,  recuperó el segundo lugar que había perdido frente al PAC por casi una década[1]. En todas las provincias del país logró ubicarse de segundo en votos. No hay que olvidar que esto lo hizo a pesar de ver divididas sus bases ante el surgimiento del Partido Republicano Social Cristiano, quien le arrebató el activismo calderonista y una buena parte de sus financiadores.

Además, los resultados reflejan un “castigo” hacia el PAC, que lo devuelve al tercer lugar debido a los duros ataques que está lanzando contra el pueblo en el gobierno y el carácter continuista neoliberal que ha mostrado. Sin embargo fue capaz de mantener 6 alcaldías y consolidar una presencia nacional mayor a la que tenía en 2010.

Hay que hacer la salvedad, que si bien no repite el resultado del 2014, eso no indica que no vaya a seguir jugando un rol importante en la vida del país.

Es claro que el Frente Amplio tampoco mantuvo la proporción de votos del 2014; sin embargo su desempeño en las municipales lo fortaleció considerablemente. Ganó dos alcaldías, la de Barva y la de San Pedro en coalición con el PAC. Además, se calcula que logró elegir al menos 30 regidores, incluyendo en algunas cabeceras de provincia como San José.

Lo más notable es que consolidó una participación municipal en más cantones que el mismo PAC, lo cual sin duda le permitirá seguir afianzando su peso político en el país.

Finalmente, tenemos a los ‘’nuevos partidos’’ a quienes diversos analistas señalan como  vencedores revelación de las municipales. Es cierto que nuevos partidos como el PNG o el Republicano Social Cristiano dieron saltos sorprendentes y que partidos distintos a los tradicionales, como Alianza por San José y Auténtico Limonense,  le dieron victorias contundentes a  Jhonny Araya en San José y Néstor Mattis en Limón.

Más allá de las siglas y los colores nuevos, creemos que existe poca novedad en estos partidos. Se trata más bien de aparatos que disimularon la reelección de candidatos del bipartidismo como Araya (PLN), Mattis (PLN) y Gilberto Monge quién viene del PLN y logró la reelección con el PNG en el cantón de Mora.

En estos tres casos, se trata de alcaldes con causas pendientes por corrupción y que buscaron refrescar su imagen electoral apelando al boom de los nuevos partidos.

El PRSC y Alianza por San José, por ejemplo, fueron los dos partidos con más contribuciones millonarias después del PLN. El primero tiene al empresario Javier Quirós de la Purdy Motors como uno de sus principales donantes. Mientras que Jhonny Araya contó con jugosas donaciones de Fuad Farach, dueño de RC inmobiliaria, especializada en lujosos condominios urbanos.

Creemos que estos partidos ‘’nuevos’’ o ‘’locales’’ que sobresalieron en la elección fueron una careta más, utilizada por políticos pro empresariales provenientes del bipartidismo para llegar de nuevo al poder. Ninguno se diferenció realmente del programa político ubicado por los nacionales.

En general creemos que hubo una mayor variedad de ofertas electorales, que se traduce en una distribución más repartida de los puestos. Pero estamos seguros de que  eso no se convertirá en una mayor representación de los intereses de la clase trabajadora a nivel  municipal.

Consideramos que al igual que en la distribución de la Asamblea Legislativa, donde partidos con gran avance en 2014 como el Frente Amplio terminan votando medidas antipopulares junto al gobierno y el PLN; en las municipalidades tendremos alcaldes y regidores “variopintos”, pero con un mismo programa político pro empresarial.

Municipales oxigenan gobiernos locales y sistema de partidos

La realización de elecciones municipales unificadas (con alcaldes y regidores) y a medio periodo presidencial, es un evento inédito en el país producto de reformas recientes del TSE.

La apuesta del tribunal era que se lograra reducir el abstencionismo. En esto creemos que fue exitosa su apuesta,  dado que la reducción del abstencionismo pegó un salto en relación a los periodos municipales anteriores.

Las elecciones también le dieron la oportunidad a los diferentes partidos de ejercitar su músculo electoral. A pesar de que se pueda discutir si el PLN o el PUSC tuvieron más o menos activismo y apoyo popular que en el pasado, es un hecho que hubo un refrescamiento de los participantes de base a nivel de la política electoral.

El Frente Amplio, el PNG y los diversos partidos cantonales involucraron nuevos activistas en la campaña municipal. Hubo una mayor diversidad en la extracción de los diferentes candidatos, en donde en particular dentro del Frente Amplio sobresalieron los activistas sindicales y universitarios.

Esto implica que el sistema electoral de conjunto fortaleció su función de canalizar los conflictos y los descontentos del país por la vía de las leyes burguesas.

¿Ganarán por siempre los corruptos?

Miles de votantes resienten que el PLN y la Unidad Social Cristiana hayan vuelto a tomar la delantera y que en diversos cantones se reeligieran alcaldes y regidores corruptos.

Muchos reaccionan afirmando que el pueblo tico “no tiene memoria” o simplemente es “idiota” por abstenerse o por volver a votar por el bipartidismo.

Para nosotros esta es una interpretación errónea que omite el hecho de que dentro del capitalismo, los sistemas electorales están diseñados para engañar al pueblo y para que sean representantes de la burguesía quienes siempre salgan electos, sin importar su trayectoria.

En el caso de la elección municipal, fue claro como un sistema electoral inclina la balanza a favor de los partidos de los ricos. Esto lo hace subsidiando con deuda política a los partidos más grandes, no regulando las donaciones del empresariado a los partidos, haciéndose de la vista gorda con sus prácticas clientelistas y sin garantizar equidad en el acceso a los medios de comunicación durante la campaña.

Mientras tanto los trabajadores  no contaron con espacios para enterarse a fondo de las propuestas de todos los partidos, en especial de los pequeños. Tampoco tuvieron la posibilidad de organizarse en un partido competitivo propio que exprese realmente sus intereses.

Dado este panorama  no extraña que un porcentaje importante del electorado  siga votando Liberación y la Unidad.

Esto no quiere decir que todo el pueblo este “domesticado” como dice el dicho. La realidad es que tanto el PLN como el PUSC, a pesar de salir fortalecidos de la elección, están muy lejos de recuperar  la lealtad y fuerza electoral que tenían en las pasadas décadas.

Sin mencionar que gran parte de ese 65% que no participó de la elección probablemente sigue a la espera de una alternativa que represente sus luchas e intereses. Condenar al pueblo sin criticar el sistema electoral en el que vota termina llevando agua al molino de los partidos burgueses, que terminan ganando la elección con una  fracción cada vez más minoritaria de los votos totales

El Frente Amplio, pese a la fe muchos le tienen, contribuye a que todo permanezca igual en el juego electoral. En lugar de utilizar su peso para denunciar y reformar un sistema que favorece a los “mismos de siempre”, termina aceptando acríticamente las reglas del juego y le hace creer al pueblo que es posible ganarle a la burguesía en un terreno donde esta tiene la ventaja.

La participación del PT

El PT también participó de la elección y sus candidaturas a la Alcaldía en Alajuela, Los Chiles, Puntarenas, San José y Curridabat, así como por regidores en Naranjo, Limón y Pococí superaron, en la mayoría de los casos, el porcentaje de votos conseguido en las elecciones del 2014.

 

2014 (presidencial) 2014 (Diputados) 2016 (Alcalde) 2016 (Regidores)
San José (Central) 279 (0,18%) 994 (0,64%) 308 (0,6%) 385 (0,7%)
Alajuela (central) 308 (0,24%) 958 (0,76%) 275 (0,5%) 275 (0,5%)
Puntarenas (central) 109 (0,23%) 364 (0,75%) 150 (0,6%) 171 (0,6%)
Los Chiles 114 (1,87%) 235 (3,85%) 167 (4,9%) 179 (4,9%)
Curridabat 44 (0,13%) 139 (0,42%) 41 (0,3%) 51 (0,4%)
Naranjo 64 (0,30%) 183 (0,86%) N/A 132 (1,1%)
Limón 148 (0,42%) 266 (0,76%) N/A 35 (0,2%)
Pococí 197 (0,39%) 631 (1,25%) N/A 143 (0,6%)

 

Sumado a esto el partido logró atraer a gran cantidad de trabajadores interesados en construir una alternativa de lucha contra el capitalismo en sus barrios y en el país.

El objetivo del partido, echar raíces socialistas en barrios populares y atraer a sus vecinos para luchar por una resistencia unificada de la clase trabajadora contra los ataques del gobierno y los empresarios,  dio fruto.

La mejor expresión de ello fue el crecimiento del partido en importantes distritos obreros en los  que el PT priorizó su campana.

En Hatillo por ejemplo el PT tuvo una votación equivalente al 1,1% en regidores. En Tirrases de Curridabat, alcanzó un 0,8% también a nivel de regidores. Mientras que en el distrito de San Rafael de Alajuela  se obtuvo un equivalente al 1,6% a nivel de alcaldes. En la Rita de Pococí, por otro lado se obtuvo un 1%, mientras que en Naranjo centro se obtuvo un 1,4%.

Los ejemplos más claros de como el peso del partido crece en los distritos obreros fueron los de Los Chiles y Amparo del cantón de los Chiles, en los que el PT obtuvo un 4,9% y un 4,4% respectivamente. Al igual que en Manzanillo, distrito de Puntarenas Central en donde el partido obtuvo  un 4%.

Con esto el partido logró aumentar su influencia en barrios y distritos de gran concentración de trabajadores y dejó montada una red inicial de activistas para las luchas que se vienen.

La participación en las municipales no solo dejó resultados electorales positivos para el partido sino que también representó un triunfo político para la organización.

En medio de unas elecciones más antidemocráticas que las nacionales, con un altísimo abstencionismo,  un  acceso menor a los medios de comunicación y un peso significativamente mayor del clientelismo a favor los partidos empresariales, el PT sostuvo e inclusive acrecentó su peso electoral.

Todo esto lo hizo sin un colón de empresarios ni de deuda política. Sus vallas, caravanas, propaganda y demás fueron financiados a base de las donaciones y el  trabajo voluntario de cientos de jóvenes y trabajadores a nivel  nacional.

En una elección en donde nadie denunció los ataques que los empresarios,  el gobierno y los diputados vienen aplicando en media crisis económica, el PT habló de poner a la municipalidad a impulsar sindicatos que defiendan a los trabajadores de la empresa privada y de cobrarle más impuestos a los ricos para generar empleo y obra pública.

En una elección  en donde los problemas comunes a todos los barrios, como el desempleo y la crisis de obra pública son abordados mediante promesas populistas  por los demás partidos, el PT ofreció  impulsar lucha popular y  medidas socialistas a nivel nacional que resuelvan la crisis económica a favor de los trabajadores.

Mientras la mayoría de los partidos decidió ignorar la epidemia de violencia machista que amenaza la vida de las mujeres trabajadoras, nuestro partido ofreció luchar por albergues y programas de empleo para que el Estado las proteja.

Mientras todos los partidos, del  Libertario al Frente Amplio,  decidieron ignorar a los cientos de miles de trabajadores nicaragüenses que el Estado Costarricense mantiene sin derechos. Nuestro partido se propuso para luchar desde la municipalidad por el derecho a la residencia gratuita, el voto y el seguro social de estos trabajadores.

Con su participación, el PT cosecha decenas de trabajadores convencidos de que votar y cambiar de alcalde no resolverá ninguno de los problemas de la familia trabajadora, y dispuestos a construir un partido para las luchas y el socialismo.

[1] El PAC superó en votos al PUSC en las elecciones nacionales del 2006, 2010 y 2014. Así como también en las municipales de Diciembre 2010.