Pese a que en campaña mantuvo un discurso contra los partidos tradicionales, una vez en gobierno les tiende la mano al PUSC y el PLN.
De cara al 1 de mayo abiertamente llamó a votar por Rodrigo Arias como Presidente de la Asamblea Legislativa. En ese acuerdo estaba claro el afán por hacer avanzar el proyecto de jornadas de 12 horas conocido como 4×3 el cual ya está listo para votarse.
En otro capítulo clave para el gobierno el PUSC también fue clave. Luego de tres rondas de votación sobre un posible voto de censura al Ministro de Hacienda Nogui Acosta la moción no alcanzó el mínimo de 38 votos requeridos, el gobierno logró un triunfo por una mínima de dos votos.
La postura oficial del PUSC fue votar en contra de la moción junto con el oficialista Partido Progreso Social Democrático (PPSD) y de Nueva República de Fabricio Alvarado.
Chaves no quiere comerse ninguna bronca con estos partidos, más allá de la pose electoral reparte cargos y busca acuerdos a como dé lugar. Un viejo conocido del PLN fue el último premiado con la repartición de cargos, se trata de Alfredo Ortuño nombrado como nuevo embajador costarricense en la República Popular China; él es un aliado incondicional de Oscar Arias y vinculado a grandes negocios como los parques de zonas francas.
Como ocurrió en el gobierno de Alvarado ahora Chaves repite la receta de pactos oscuros con representantes del viejo bipartidismo. Para acabar con el domino de estos partidos no basta con votar por un nuevo partido o por un candidato que se presenta como algo nuevo.
Para acabar con el sometimiento en que mantienen a la clase trabajadora, para poner freno a los duros ataques y la corrupción campante se requiere construir una alternativa socialista y revolucionaria como la que propone el PT.