El pasado 23 de noviembre culminó la primera fase del llamado dialogo nacional promovido por Carlos Alvarado con la participación de múltiples sectores, los cuales se sumaron a ese espacio después del primer fracaso auspiciado por el Estado de la Nación.
Sin mayor sorpresa en el espacio convocado por la Presidencia no se discutió la negociación con el FMI que había sido pausada tras las protestas de octubre. Aunque era un secreto a voces que un posible acuerdo con el fondo sería la prioridad del gobierno, la directriz del Ejecutivo fue clara de “no referirse al tema de la negociación con el FMI durante el diálogo con sectores” (La Nación).
Es decir, sin ningún reparo Carlos Alvarado reconoce que “Sí, vamos a acudir al FMI” y que la estrategia y puntos de posibles acuerdos se mantuvieron conscientemente ocultos durante las mesas de trabajo. Siempre hemos dicho que el famoso diálogo era una trampa ahora se confirma en boca del propio Presidente el carácter espurio de dicho espacio.
La negociación con el FMI que es la que verdaderamente le interesa al gobierno nunca se detuvo, solamente se mantuvo en secreto o como dice Alvarado son “conversaciones que se tienen, a nivel informal, con el Fondo”. Mientras la mayor parte de la dirigencia sindical le compraba el discurso al gobierno y sectores del Frente Amplio como Patricia Mora o Sofía Guillén participaban de forma entusiasta del diálogo, las verdaderas conversaciones se llevaban tras bambalinas y a puerta cerrada entre Ejecutivo y FMI; esa trampa nosotros la sabíamos, lo único nuevo es que ahora el propio gobierno lo reconoce públicamente con su confesión a La Nación.
Un futuro de sacrificios y entregas al FMI
Alvarado insiste en que acudir al FMI es una necesidad para afrontar el futuro del país en mejores condiciones aunque sean “difíciles las soluciones”. Para tener una idea podemos valorar solos dos de las propuestas de negociación que el ejecutivo sigue impulsado: congelar salarios por 12 años e impuestos del 13 del IVA a toda la canasta básica; si esto se atreven desde ahorita a decir en público nada más de imaginarnos lo que desde ya están entregando en privado y de espaldas al pueblo.
Como también ya lo hemos dicho, cualquier país que desee defender su soberanía y no quiera continuar hipotecando su futuro debe rechazar las imposiciones del FMI, que al fin y al cabo lo que hace es precisamente imponer su agenda de entrega a las grandes potencias imperialistas y a los intereses de los grandes capitalistas en el mundo.
Cajita blanca para Patricia Mora y el Frente Amplio
Tras el reconocimiento público de que continúan las negociaciones con el FMI la ex diputada del FA Patricia Mora anuncio su renuncia al cargo de Ministra de la Condición de la Mujer y Presidenta y Presidenta Ejecutiva del INAMU. Mora argumenta que el Presidente estaría dejando de lado el supuesto esfuerzo del diálogo para ceder a las presiones de los grandes empresarios al anunciar que acude al FMI.
Para Patria Mora no fueron causas anteriores de renuncia al cargo la aprobación de la nefasta reforma fiscal, la antidemocrática ley anti huelgas o la represión que viene llevando adelante el gobierno desde el 2018 y que ha recrudecido en los últimos meses. Ahora renuncia con una maniobra oportunista y electorera, se mantuvo en el barco de Alvarado junto a personajes detestables como Rocío Aguilar Edna Camacho y se va recién cuando el gobierno tiene los peores índices de popularidad y con miras al proceso electoral que ya prácticamente está en curso.
Pese a su salida por la forma en la que se conducen las negociaciones, lo cierto es que ni Patricia Mora, José María Villalta o Sofía Guillen se oponen acudir al FMI. Su postura por el fondo de acudir al FMI es muy similar al gobierno.
Repudiar al FMI y organizar la lucha
Lamentablemente con la trampa del diálogo el gobierno ha venido ganando terreno. Hoy se encuentra de manera momentánea en mejores condiciones relativas para imponer la agenda de FMI en el país; este es el verdadero resultado de las mesas de diálogo, allanar la cancha y facilitarle las cosas al gobierno.
No obstante, el propio Presidente sabe que su situación aún es muy frágil y que el rechazo popular es muy grande. De ahí que no solo apostó por la trampa del dialogo, sino que también endureció la represión a las luchas persiguiendo a dirigentes locales, reprimiendo cualquier atisbo de bloqueo e impulsando procesos judiciales contra más de un centenar de personas que estuvieron al frente de los más reciente bloqueos.
Para recomponer la lucha es necesario en primer lugar romper con cualquier ilusión en un diálogo con el gobierno o de una negociación favorable con el FMI. También denunciar a todos aquellos dirigentes sindicales y partidos como el Frente Amplio que sirven de pata para sostener la mesa en la que el gobierno le sirve nuestros derechos al FMI.
También es vital condenar la represión y defender a todos aquellos que están siendo procesados. La represión policial y judicial seguirá siendo la carta de salvación de un gobierno en crisis, la única forma de hacer avanzar la lucha es revertir la criminalización con la más amplia solidaridad.
Como parte de la lucha el Partido de los Trabajadores levanta también una alternativa socialista y de la clase trabajadora. No basta con el repudio al FMI, debemos también impulsar nuestro programa para que la crisis la paguen los ricos, para suspender y auditar la deuda, para nacionalizar las actividades estratégicas (carreteras, puertos, industria alimentaria y médica, etc.) y por un gobierno de los trabajadores.