Debate

En defensa del Partido Revolucionario y su participación en el movimiento social

Asamblea en la fábrica Putilov, bastión de la Revolución Rusa de 1917.

Por: Juan Connolly

San José, nov (Socialismo Hoy) – En el transcurso de las últimas semanas se desato un gran ascenso de lucha de la juventud universitaria en contra de los ataques al presupuesto universitario (FEES).

En el marco de las tomas que se desarrollaron tuvo lugar un debate en torno al carácter de la actuación de los partidos políticos, centralmente de los partidos revolucionarios, en las luchas estudiantiles.

Un sector del activismo impulso y paso en la Asamblea de Ciencias Sociales de la UCR una prohibición contra la aparición de los partidos en la lucha y el reparto de materiales políticos en las tomas.

Hoy queremos debatir porque dicha medida no solamente atenta contra libertades básicas de expresión y organización de la democracia, sino también porque busca acallar un mecanismo de lucha fundamental para la clase trabajadora y la juventud en una sociedad ya dominada por actores y aparatos al servicio de la burguesía.

Actualmente muchos estudiantes rechazan la figura de los partidos motivados por el repudio a las políticas neoliberales, a la corrupción y las traiciones del PAC y del mismo Frente Amplio.

Otro motivo es el alto grado de machismo experimentado a lo interno de los partidos políticos incluidos muchas veces los mismos partidos revolucionarios.

Este reflejo es muy comprensible y positivo. Una prueba sana que ayuda a descubrir el verdadero carácter de cada organización más allá de sus discursos.

Hemos visto como activistas autonomistas y/o feministas parten de dicho sentimiento para intentar suprimir el derecho de los partidos revolucionarios a organizarse y expresarse.

Sin llegar a plantear casos concretos o impulsar que se discutan en asamblea, dichos activistas suelen acusar a los partidos de ser entes machistas y burocráticos que actúan para buscar privilegio, poder propio y para imponer intereses ajenos al estudiantado.

Lo cierto es que tenemos varios acuerdos con estos activistas y una diferencia que nos parece central rescatar.

Si bien estamos lejos de tener una militancia libre de machismo, sostenemos también como principio el combate contra el mismo a lo interno de nuestra organización y del movimiento. Para nosotros no puede haber revolución sin una lucha permanente por terminar con la opresión de las mujeres, en especial el de las trabajadoras, bajo el capitalismo.

Nos interesa librar a la clase trabajadora y la juventud de cualquier liderazgo o dirigencia que se llene de privilegios a partir de su puesto en la universidad, en los sindicatos o en el parlamento y que para conservar los mismos desmovilice o traicione los intereses de las bases pactando con la clase empresarial y sus gobiernos. Por eso somos los más fieles defensores de la democracia asamblearia.

 Participamos de las tomas para lograr un presupuesto que garantice una educación superior pública, gratuita de calidad para toda la juventud trabajadora. Sin embargo, tenemos muy claro que para avanzar hacia esto ocupamos derrotar los planes del empresariado y el imperialismo para el país.

Lo que nos diferencia es que tenemos claro que nada de esto se puede lograr sin un partido de masas revolucionario que nos ayude a derrotar a ese conjunto de fuerzas, instituciones e ideologías el Estado Capitalista que nos explotan y oprimen y construir una sociedad socialista.

No creemos que solo con visibilizar y deconstruir los prejuicios y privilegios en nuestras relaciones cotidianas y promover otros roles y subjetividades sea suficiente para acabar con la opresión de la mujer pues está es impulsada y mantenida por el mismo capitalismo.

Tampoco creemos que la sola lucha universitaria vaya por si sola a conseguir la educación y las oportunidades que necesita la juventud.

En una sociedad donde la clase explotadora cuenta con todos los medios económicos, militares, políticos y culturales para dominar y utiliza el machismo y el racismo para enemistarnos necesitamos un partido para combatir esta opresión y poder unirnos para luchar contra las maniobras, las mentiras, los ataques y la represión del poder burgués.  

Quienes se colocan contra el derecho de expresión y de organización del pueblo en partidos, aun sin saberlo, buscan dejar al mismo en desventaja en medio de una guerra ya de por si desigual contra el capitalismo.

Ya Lenin lo decía con mucha más dureza: “en la sociedad burguesa, el apartidismo es la forma hipócrita, disimulada, pasiva, de expresar adhesión al partido de los saciados, de los que dominan, de los explotadores.[1]


[1] LENIN, V.I. El partido socialista y el revolucionarismo sin partido. In: LENIN, V.I. Obras completas. Tomo XII. Moscú: Editorial Progreso, 1982, pp. 135-143.