Nacionales Nicaragüenses

Las opresiones: una herramienta para dividir a la clase trabajadora

El pasado 18 de agosto, el centro de San José presenció una de las más grandes manifestaciones xenófobas de los últimos años. Alrededor de dos mil personas, en su mayoría provenientes de sectores populares, reclamaron al gobierno expulsar a los nicaragüenses que se refugian en el país.

Esta protesta también reflejó el descontento de esos sectores ante la crisis fiscal, pero en vez combatir los recortes y nuevos impuestos del gobierno, culparon a los nicaragüenses de la miseria. En este caso, la xenofobia como una forma de opresión cumplió su objetivo: desviar el enojo de la clase trabajadora lejos del gobierno o la burguesía.

¿A quién le sirve las opresiones?

La xenofobia, el machismo y la homofobia son herramientas que sirven al sistema capitalista para dividir y generar competencia entre la clase trabajadora. Estas opresiones crean una falsa separación entre hombres y mujeres; nacionales y extranjeros; heterosexuales y homosexuales. Con estas divisiones en su interior, la clase trabajadora se debilita y le es más difícil enfrentar a la burguesía.

Para los grandes empresarios y ricos, estas opresiones también son una gran ventaja pues les ayudan a generar más dinero. Por ejemplo, los migrantes nicaragüenses son trabajadores super explotados, es decir, reciben un salario menor en comparación con un tico y esta diferencia entre salarios representa una ganancia mayor para el empresario. Lo mismo sucede con las mujeres, quienes reciben un 28% menos de salario que un hombre aunque realicen el mismo trabajo.

Desde el Partido de los Trabajadores creemos que la clase trabajadora debe estar unida más allá de las diferencias de género, nacionalidad, color de piel u orientación sexual. Es la única forma para acabar con las desigualdades y la miseria que genera el sistema capitalista.