«Pasó lo que parecía imposible, que los de la UCCA rompieran con el Frente y se le salgan del saco al gobierno». Así resume un amigo de Managua la forma en que la juventud universitaria ha enfrentado por tres días consecutivos al régimen de Daniel Ortega.
Hace pocos meses el movimiento estudiantil era ubicado como parte de los aparatos de control del régimen Orteguista, junto con las centrales sindicales.
Ahora miles de jóvenes estudiantes de menos de 23 años, la mayoría ajenos a los tiempos de enfrentamientos armados de los años ochentas y quienes solo han visto un presidente en su vida consciente, hoy son la vanguardia de un histórico levantamiento popular en Nicaragua.
Desde el 2006 Daniel Ortega se aferra al poder con su familia y la cúpula del FSLN, convirtiéndose en pocos años en súper ricos que tienen control sobre amplios negocios en su país, la mayoría en alianzas público privadas, que no son
más que fuente enorme de corrupción y saqueo de instituciones como el INSS.
La ruptura masiva de la juventud universitaria nicaragüense es altamente progresiva, porque hoy está sirviendo como vanguardia de muchos otros sectores que por años han venido manteniendo descontentos con el régimen Sandinista y no han logrado aparecer en la escena política nicaragüense.
La mal llamada «Juventud Sandinista» muy apartada hoy de aquella generación de oro de luchadores nicaragüenses que tumbaron la dictadura de Somoza y luego dieron sus vidas enfrentando la contra, hoy en forma de matones a sueldo del régimen, no han logrado desmontar con sus mecanismos de terror los esfuerzos populares de lucha contra el gobierno.
En medio de los acontecimientos es difícil saber el futuro del levantamiento popular en Nicaragua, pero ya la juventud le demostró al gobierno Sandinista que sus planes antipopulares y corruptos cuentan ahora con resistencia en las calles.
¡Que viva la juventud universitaria nicaragüense!
¡No más represión contra el pueblo!